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Cada año, la Universidad Autónoma de Querétaro celebra a las y los docentes que han dejado una huella profunda en la vida estudiantil a través del Premio Xahni, una distinción que reconoce la excelencia académica, el compromiso pedagógico y la sensibilidad humana en el ejercicio de la docencia. El Xahni honra a quienes acompañan los caminos del aprendizaje desde la ética, la dedicación y el pensamiento crítico. En su edición 2025, la Facultad de Psicología y Educación otorgó este reconocimiento al Dr. José Domingo Schievenini Stefanoni, un profesor que ha hecho del aula un espacio de cuestionamiento, profundidad y conexión genuina.
El camino del Dr. Schievenini dentro de la UAQ ha estado marcado por múltiples etapas. Estudió la Licenciatura en Derecho en la propia universidad, y más adelante realizó estudios de posgrado en la Facultad de Filosofía, donde cursó la Maestría en Estudios Históricos, una formación que más tarde continuaría con un Doctorado en Historia en la UNAM. Durante años, su quehacer estuvo centrado en la investigación histórica: trabajo de archivo, escritura de artículos académicos, desarrollo de tesis y coordinación de libros. Pero fue justo entre el final de la maestría y el inicio del doctorado cuando se le presentó una oportunidad inesperada que cambiaría el rumbo de su carrera: impartir una clase en la Facultad de Derecho.
“Recuerdo muy bien esa primera semana. Fue emocionalmente impactante para mí. Estaba de regreso en las aulas donde había sido estudiante, pero ahora desde el otro lado. Sentí una gran responsabilidad. Estaba rodeado de profesores a quienes admiraba profundamente y, de pronto, tenía que ocupar un lugar entre ellos”, relata. Así nació su vocación docente: no como un plan trazado, sino como una experiencia que lo desafió y lo transformó desde el inicio.
Desde entonces, ha impartido clases en diversas licenciaturas, incluyendo Ciencias Políticas, Historia y Psicología, así como en la Maestría en Estudios Históricos y el posgrado en Estudios Multidisciplinarios sobre el Trabajo. A lo largo de esta trayectoria, ha construido una práctica docente comprometida y crítica, enraizada en los procesos históricos, pero también atenta al pulso del presente.
Agradece a la Universidad por haberle brindado formación y, más adelante, la oportunidad de regresar como profesor e investigador. “Mi cariño y gratitud por esta institución son muy grandes. No solo me formó, sino que me abrió las puertas para compartir y continuar aprendiendo.”
Inspirado por sus maestros y maestras, tanto dentro como fuera de la UAQ, el Dr. Schievenini se esfuerza por mantener viva una tradición de docencia rigurosa, reflexiva y ética. Para él, la educación no puede estar desligada de su contexto histórico y social, y precisamente por eso, ve en la enseñanza una herramienta clave para comprender y transformar el mundo.
“El presente nos coloca frente a un reto civilizatorio. La educación tiene una responsabilidad enorme. Desde la Antigüedad hasta hoy, cada etapa histórica ha moldeado su forma de entender el conocimiento. En la actualidad, estamos rodeados de tecnologías digitales, de inteligencia artificial, de una sobreabundancia de información que no necesariamente es conocimiento. En medio de este mar de datos ambiguos e imprecisos, el papel del pensamiento crítico y del humanismo se vuelve fundamental.”
Este pensamiento atraviesa sus clases, donde busca que sus estudiantes no solo comprendan contenidos académicos, sino que desarrollen inquietudes epistémicas: preguntas sobre los límites, la validez y los fundamentos del conocimiento. “Trato de que las clases no se limiten a cubrir el programa. Me interesa que las y los estudiantes se pregunten y dialoguen con distintas perspectivas para que asuman un papel activo en su proceso de formación.”
Cuando recibió la notificación de su nominación al Premio Xahni, no se lo esperaba. “Me citaron a la ceremonia por correo, pero en ningún momento mencionaron que había sido premiado. Pregunté el motivo, pero querían guardar la sorpresa.” Fue hasta el evento cuando confirmó que había sido seleccionado. “Fue muy emotivo. Ya conocía este premio, había visto entregas anteriores y sabía que quienes lo habían recibido lo merecían profundamente. En el caso de mi facultad, muchas de ellas fueron profesoras a quienes admiro y respeto. Que ahora me consideraran a mí fue un honor inmenso.”
Para él, el reconocimiento no solo representa un momento de alegría personal, sino también una reafirmación de que vale la pena seguir este camino. “Sentí como una palmadita en la espalda, un gesto que me dice: ‘vas bien, sigue adelante’. Pero sobre todo, sentí gratitud. Gratitud con mis estudiantes, porque son ellos quienes han hecho posible esto, no solo con sus evaluaciones docentes, sino con su entusiasmo, su participación y su disposición para dialogar y aprender. Me han permitido disfrutar mi trabajo, y eso es invaluable.”
Más allá de los contenidos académicos, el Dr. Schievenini procura dejar en sus estudiantes una enseñanza que perdure: el pensamiento crítico como antídoto contra el dogmatismo, el sesgo ideológico y el pensamiento cerrado. En sus palabras, enseñar es sembrar preguntas, no imponer respuestas.
A las nuevas generaciones de docentes, les recuerda que esta es una labor que exige constancia, disciplina y vocación. A las y los estudiantes, les deja el siguiente mensaje: “No dejen de observar el principio de complejidad que hay detrás de cada arista de la realidad. Pregúntense siempre. Cuestionen. Esa es la esencia del pensamiento crítico y el inicio de toda transformación.”

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Este artículo fue elaborado por María Fernanda Xocoyotl López, estudiante de décimo semestre de la Licenciatura en Arquitectura de la Facultad de Ingeniería, en colaboración con la Arq. Paola Barragán Vargas, docente de la misma licenciatura. La investigación se enfoca en el análisis del abandono del Parque San Antonio Maurel, en el municipio de Querétaro, abordando sus causas desde una perspectiva social, económica y de diseño urbano. A través de herramientas metodológicas participativas y con enfoque de género, las autoras proponen estrategias para la rehabilitación del espacio, con el objetivo de mejorar su funcionalidad, seguridad y apropiación comunitaria.
Resumen
El abandono de parques urbanos tiene un impacto negativo en cómo se puede percibir una ciudad, reduciendo las opciones de convivencia y esparcimiento en la población. Este articulo pretende analizar los factores sociales, económicos y de diseño que impactan al Parque San Antonio Maurel, ubicado en el municipio de Querétaro, el cual actualmente se encuentra en condiciones marginales.
Para su investigación inicial se tomaron diversas bases de datos de la zona para entender su contexto, posteriormente se realizó un cuestionario basado en la guía de reconocimiento urbano con perspectiva de género (DUG) de Col·lectiu Punt 6 a personas de la comunidad, con edades entre los 8 y 67 años de edad y finalmente se empleó la técnica del flâneur.
Los resultados mostraron diversas problemáticas como la falta de mantenimiento, escases en equipamiento, inseguridad, accesibilidad y una desconexión con la comunidad. La percepción de deterioro limita la apropiación del parque, reduciendo su funcionalidad como espacio público. Finalmente, se proponen estrategias para la revitalización de estos espacios, con el objetivo de transformarlos en entornos más seguros y funcionales para los habitantes. Estas acciones no solo pueden contribuir a la mejora de la calidad de vida, sino que también pueden fortalecer al tejido social y promover la sostenibilidad urbana.
Palabras clave: Parque urbano, urbanismo, Abandono, rehabilitar.
Introducción
El presente artículo tiene como objetivo analizar los factores sociales, económicos y de diseño que contribuyen al abandono de los parques urbanos, tomando como caso de estudio el Parque San Antonio del Maurel, ubicado en el municipio de Querétaro, con el fin de comprender cómo estos influyen en su percepción de seguridad y utilidad. Asimismo, busca proponer estrategias que permitan rehabilitar estos espacios públicos, devolviéndoles su función esencial como centros de convivencia.
Antecedentes
El colegio de México define parque como “Terreno de gran extensión, público, sembrado con árboles, flores y pasto, a veces con fuentes y estatuas, dedicado al descanso, el placer y la distracción”. Sin embargo, su función puede ser amenazada por diversos factores que conducen al abandono y deterioro. Cruz (2021) señala que en la actualidad existen diferentes situaciones que afectan o disminuyen el uso del espacio público, las cuales están influenciadas por aspectos económicos, políticos, sociales y culturales, y pueden modificar la manera en que se siente y usan estos espacios.
Es importante destacar que cualquier espacio público, desde una perspectiva integradora, debe ser concebido como un motor que genere beneficios recreativos, y de pertenencia, susceptibles de ser apropiados y valorados por la comunidad. Cuando se habla de estos espacios como bienes comunes, se está hablando de todo lo que los compone: desde los recursos naturales y la infraestructura, hasta la manera en que las personas los usan, los hacen suyos y administran en conjunto con quienes están a cargo (Guadarrama Sánchez & Pichardo Martínez, 2020). Cuando la sociedad los deja de aceptar o usar, se pierde el propósito con el que fueron creados, ya sea por una mala planeación, un diseño inadecuado o simplemente porque no se tomaron en cuenta las verdaderas necesidades de los usuarios. Todo este conjunto de situaciones termina generando su exclusión, llevándolo primero al deterioro y, en muchos casos, al abandono que es solo una de las tantas consecuencias que puede haber.
En el caso del Parque San Antonio del Maurel, a pesar de su ubicación en una zona de alto flujo poblacional, presenta elementos evidentes de abandono, como instalaciones deterioradas y baja afluencia de visitantes. Refleja una problemática común en estos espacios urbanos, donde la desconexión entre las autoridades y las comunidades puede estar contribuyendo a su pérdida.
Justificación
La revitalización de los parques urbanos no solo mejora la calidad de vida de los habitantes, sino que también impulsa la cohesión social y el desarrollo sostenible de las ciudades. Estos espacios públicos fortalecen el tejido comunitario al convertirse en puntos de encuentro e interacción entre personas de distintas edades y contextos, promoviendo la inclusión y el sentido de pertenencia. Asimismo, su recuperación puede disminuir la percepción de inseguridad y reducir actos delictivos, ya que un entorno activo y bien mantenido desincentiva el vandalismo y el uso indebido del espacio. Por ello, comprender las causas del abandono resulta fundamental para implementar soluciones efectivas que permitan su rehabilitación y aprovechamiento pleno por parte de la comunidad.
Metodología
La propuesta se desarrolló en las siguientes fases: recopilación y revisión de las bases de datos del área de estudio; aplicación de encuesta basada en la guía de reconocimiento urbano con perspectiva de género (DUG) de Col·lectiu Punt 6 (2005), de la técnica de flaneur y de la sistematización y análisis de información. A continuación, se detallan las actividades específicas de cada etapa:
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Recopilación y revisión de bases de datos.
En esta fase, se recopilaron datos de la población, la tasa de criminalidad, el nivel socioeconómico y otros factores sociales de interés en diversas plataformas. Las fuentes principales fueron:
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Google Scholar®: para consultar investigaciones previas relacionadas con el tema urbano y social.
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Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y Market Data México: para obtener datos sociodemográficos y económicos de la población que vive cerca del parque.
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Página oficial del Municipio de Querétaro: para identificar planes, reglamentos y programas vigentes relacionados con el espacio público.
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Guía de reconocimiento urbano con perspectiva de género (DUG) de Col·lectiu Punt 6 (2005).
El cuestionario desarrollado por Casanovas et al. (2014) está diseñado principalmente para grupos de mujeres que buscan contribuir a la transformación urbana y a la mejora de su entorno físico y social. No obstante, también proporciona herramientas valiosas para otros colectivos de base interesados en participar activamente en la revitalización de sus espacios urbanos.
El uso de esta herramienta es esencial, ya que permite analizar cómo los entornos urbanos impactan de manera diferente a los distintos grupos. Al adoptar este enfoque, se pueden visibilizar problemáticas como la percepción de inseguridad, la falta de infraestructura adecuada y las barreras para la movilidad, lo que facilita el diseño de intervenciones más equitativas e inclusivas.
El cuestionario se compuso de 12 preguntas clasificadas en cincos áreas, involucrándolas principalmente en el contexto del parque urbano:
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Relaciones comunitarias y espacios de interacción: Nivel de involucramiento de los colonos en el uso y participación del parque.
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Equipamientos y servicios: Disponibilidad y adecuación de infraestructura y servicios básicos.
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Movilidad y accesibilidad: Condiciones de transporte, accesibilidad y conectividad del parque.
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Seguridad: Percepciones de seguridad y factores que inciden en esta.
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Vivienda: Influencia del entorno residencial en la percepción del parque.
Las preguntas fueron aplicadas a habitantes de la zona con edades entre 8 y 67 años. El proceso se llevó a cabo en tres fechas específicas durante el año 2024: el 9 de noviembre a las 4:00 p. m., el 30 de noviembre a las 10:00 a. m. y el 8 de diciembre a las 6:00 p. m., lo cual permitió recopilar información en diferentes momentos del día para obtener una visión más completa de las dinámicas del área.
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Técnica del flaneur
La técnica del flâneur proviene del término francés flâneur, que significa "paseante" u "observador". Fue popularizado por el escritor Charles Baudelaire en el siglo XIX y desarrollado más adelante por Walter Benjamin. Pavón-Cuellar (2020) menciona a estos autores para contextualizar la figura del flâneur, y cita a Scott (2017) quien señala que el flâneur actúa sin ser plenamente consciente de sus acciones o de su identidad. Simplemente se deja llevar, como un intermediario o un títere permitiendo que la ciudad lo guíe a través de sus calles.
En el presente estudio, la técnica fue aplicada mediante recorridos sistemáticos por el parque y sus alrededores, con el objetivo de registrar de manera cualitativa las dinámicas espaciales, sociales y sensoriales. Los recorridos de observación se realizaron del 9 de noviembre al 8 de diciembre de 2024, en horarios estratégicos que permitieran analizar las actividades en distintos momentos del día: mañana, tarde y noche. Se seleccionaron horarios específicos—10:00 a. m., 4:00 p. m. y 8:00 p. m.—para observar las dinámicas del lugar, las interacciones sociales y las características físicas del entorno.
Se registraron observaciones relacionadas con:
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Flujos de personas.
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Actividades.
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Condiciones de mantenimiento y seguridad.
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Interacciones entre usuarios del espacio público.
La información resultado de dichas observaciones, fue registrada empleando un diario de campo en forma analógico (cuaderno de anotaciones) y digital (notas en dispositivo móvil y fotografías). Esto permitió sistematizar percepciones, comportamientos observados y detalles del contexto que enriquecieron el análisis posterior.
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Sistematización, análisis y generación de propuestas
Con base en la información recopilada (fotografías, anotaciones y resultados de encuesta), el reglamento de construcción para el municipio de Querétaro, y el manual de accesibilidad universal, se realizaron diagramas y propuestas alineadas con el mejoramiento del espacio, priorizando:
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Inclusión social.
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Seguridad.
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Mejora de equipamiento.
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Accesibilidad.
Herramientas digitales empleadas: Illustrator®, Photoshop® y Google forms®.
Resultados
Se realizó una encuesta basada en la Guía de reconocimiento urbano con perspectiva de género (DUG) de Col·lectiu Punt 6 (2005) con la finalidad de conocer y analizar el entorno que rodea al parque, así como también su propia habitabilidad. Para hacer más simple su descripción y entendimiento, las preguntas del cuestionario fueron divididas en cinco ámbitos: la participación, los espacios de relación, los equipamientos y servicios, la movilidad, la seguridad y la vivienda. Se realizaron 16 encuestas a personas de la comunidad de un rango de entre los 8 a los 67 años.
Para completar el análisis, se incorporó la técnica del flâneur, la cual permitió observar y registrar el flujo de personas, las actividades realizadas, las condiciones de mantenimiento y la seguridad, así como las interacciones entre los usuarios y el espacio público. Las observaciones se sistematizaron en un diario de campo compuesto por anotaciones realizadas durante los recorridos, acompañadas de fotografías que respaldaron visualmente los hallazgos.
Los resultados obtenidos fueron los siguientes:
Participación
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El 100% de las personas encuestadas afirmó que no existe ninguna actividad o proyecto que se realice en el parque para el intercambio cultural, deportivo o iniciativa cooperativa que fomente la relación entre vecinos.
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El 50% de los encuestados respondió que sí existe el equipamiento necesario para poder sentarse, reunirse, conversar y jugar; sin embargo, la otra mitad respondió que el parque carecía del equipamiento necesario.
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Otro aspecto importante a mencionar es la presencia de basura que está distribuida en casi todo el parque, incluyendo el área de juegos, los andadores y las zonas verdes. Entre los residuos más comunes se encuentran botellas de alcohol, neumáticos, redes y envoltorios de golosinas. Asimismo, la existencia de botes de basura es escasa y mal distribuidos.
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Algunos encuestados mencionaron que los recolectores de basura realizan una limpieza general del parque cada tres meses. Sin embargo, señalaron que la principal razón por la cual el lugar se mantenía en condiciones aceptables era el esfuerzo de algunos vecinos, quienes asumían la tarea de limpiarlo.
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Observaciones flaneur: Durante los recorridos, se observó que las personas frecuentemente se sientan en los bordes de las jardineras, ya que estas están ubicadas bajo árboles que proporcionan sombra. En toda el área, solo hay aproximadamente seis bancas disponibles.

Figura 1. Área verde. Elaboración propia.
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El 62.5% de los encuestados consideró que el parque no cumple con su función como un área tranquila y propicia para el descanso. Las razones más destacadas detrás de esta percepción incluyen la falta de bancas suficientes, áreas verdes adecuadas y sombra para recostarse o sentarse y disfrutar del ambiente. El otro 37% de los encuestados afirmo que sí cumple su función.
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Al observar los resultados por grupos, podemos ver que el 70% de las mujeres y niños (as) tienen una percepción más negativa del parque. Esto da a entender que este publico enfrenta un problema mayor de inseguridad o inclusión en el espacio, lo cual es preocupante ya que no es el objetivo principal de estos espacios, lo que refuerza su falta de mantenimiento e infraestructura.

Figura 2. Área de juegos. Elaboración propia
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El 68.8% de los encuestados afirmó que el parque no recibe el mantenimiento adecuado, destacando la acumulación de basura y el descuido de las áreas verdes. Estos hallazgos evidencian un deterioro significativo que impacta no solo en la funcionalidad y estética del espacio, sino también en la experiencia de los usuarios, quienes probablemente perciben un ambiente poco acogedor y descuidado.
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Observación flaneur: Además de estos problemas, se identificó que las aceras de la zona presentan fracturas.
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Por su parte, el deterioro de las áreas verdes y las aceras sugiere que no se están llevando a cabo programas regulares de mantenimiento ni reparaciones, lo que podría deberse a la falta de recursos, planificación o voluntad política.
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El 81% contestó que no había equipamiento suficiente para las personas encargadas de cuidar a los niños (papás, abuelos, tíos, entre otros.) y el 25% contesto que sí existe.
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Observaciones flaneur: Explorando el lugar, se notó que solo había una banca frente al área de juegos. Esto da lugar a que la mayoría de los adultos que acompañaban a sus niños permanecieran dentro de la zona de juegos, lo que dificultaba que los pequeños tuvieran espacio suficiente para correr o jugar con mayor comodidad. Otros adultos optaban por quedarse de pie sobre la acera.
Figura 3. Ceras fracturadas. Elaboración propia. Figura 4. Basura en andadores. Elaboración propia.
Diseño inclusivo y equipamientos
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El 81% contestó que no había equipamiento suficiente para las personas encargadas de cuidar a los niños (papás, abuelos, tíos, entre otros.) y el 25% contesto que sí existe.
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Observaciones flaneur: Explorando el lugar, se notó que solo había una banca frente al área de juegos. Esto da lugar a que la mayoría de los adultos que acompañaban a sus niños permanecieran dentro de la zona de juegos, lo que dificultaba que los pequeños tuvieran espacio suficiente para correr o jugar con mayor comodidad. Otros adultos optaban por quedarse de pie sobre la acera.
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El análisis revela que poco más de un tercio de los encuestados (37.5%) considera que el parque facilita la realización de actividades de forma segura e inclusiva. Esto indica que, aunque existe una percepción positiva por parte de algunos usuarios, la mayoría significativa (62.5%) no encuentra en el parque un espacio que cumpla con estas características fundamentales. Este resultado puede reflejar diversas problemáticas, como la falta de iluminación adecuada, áreas deterioradas o una distribución ineficiente de los espacios, entre otros.
Movilidad y accesibilidad
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El 75% contestó que no existe la accesibilidad universal para que una persona discapacitada pueda moverse dentro del parque. El otro 25% contesto que sí existe.
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Observación flaneur: De forma general, el parque y sus alrededores tienen aceras que están deterioradas, cuentan con fisuras, grietas y fracturas, por lo que es común tropezarse en ellas. La existencia de rampas es nula, para cambiar de nivel es necesario subir escalones.
Seguridad
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El 56.3% de los colonos respondió que sí existen rincones oscuros y espacios residuales que comprometen la visibilidad y la seguridad, mientras que el 43.8% indicó lo contrario. Quienes identificaron estos problemas señalaron especialmente la parte posterior del parque, donde la falta de faroles y la presencia de árboles afectan la visibilidad. Además, mencionaron que en esa zona suelen concentrarse personas en situación de calle para el consumo de sustancias ilícitas.
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Esta situación representa un riesgo mayor para mujeres y minorías, grupos que suelen ser más vulnerables al acoso, la violencia o la exclusión en los espacios públicos. Estos resultados coinciden con la perspectiva de la Guía de reconocimiento urbano con perspectiva de género (DUG), que plantea que el urbanismo no es neutro, ya que las decisiones de diseño reflejan prioridades que con frecuencia excluyen las necesidades de poblaciones más vulnerables. La falta de iluminación y visibilidad en ciertas áreas pone en evidencia una planificación que descuida aspectos clave como la seguridad y el cuidado. Por ello, la participación ciudadana es fundamental para identificar estas problemáticas y avanzar hacia un diseño urbano más equitativo e inclusivo.
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El 75% de los encuestados contestó que sí había un horario donde la actividad del parque disminuía. Este oscilaba entre las 7 y 9 de la noche mayormente, debido a la aparición de los vagabundos y la poca iluminación. No obstante, durante el día, la afluencia de usuarios es mínima, predominando personas que solo transitan por el lugar y en muchos casos no son de la zona o permanecen menos de 30 minutos.
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El 87% contestó que sí existen delincuentes y vagabundos que frecuentan el parque, sobre todo en altas horas de la noche para drogarse. Sólo el 12 contestó que no los hay.
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Algunos colonos mencionaron que, en ocasiones, migrantes llegan y se establecen temporalmente en el parque; arman sus casas de campaña con bolsas o cualquier material que les permita atajarse y se quedan toda la noche a dormir.
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El parque cuenta con iluminación fría, proporcionada por faroles que están muy dispersos y separados entre sí. Además, la presencia de una cantidad considerable de árboles altos dificulta que la luz se distribuya de manera uniforme, afectando la visibilidad en ciertas áreas. Sin embargo, el 43.8% afirmo que el alumbrado era el adecuado durante las noches, mientras que el 56.3% lo negó.
Vivienda
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El 33.33% dijo que sí se presenta una conexión visual con la colonia y el otro 66.7% contestó que no se presenta.
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Lo anterior puede atribuirse a varios factores, como la falta de coherencia en el diseño con el contexto, la ausencia de elementos distintivos o la desconexión entre las expectativas de los residentes y el diseño urbano. No existe un elemento que de identidad simbólico-cultural o utilitario-funcional que genere o invite a la apropiación del parque.
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Observación flaneur: El parque transmite una sensación de vacío y soledad, como si fuera un espacio marginado que la gente prefiere evitar. En lugar de invitar al paso, parece funcionar como un límite, haciendo que las calles circundantes se perciban como una opción más segura para transitar.
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En relación con el análisis comunitario, el 100% de los encuestados indicó que no existen actividades culturales, deportivas o iniciativas cooperativas que fomenten relaciones entre vecinos.
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Aunque el 50% afirmó que hay equipamiento básico para sentarse o reunirse, también se identificaron problemas como la escasez de bancas, la acumulación de basura y la insuficiencia de mantenimiento general. Además, la falta de infraestructura e iluminación adecuada, aceras fracturadas, y el dominio de pandillas afecta de manera importante la imagen del parque.
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Asimismo, se observó que las de mujeres y grupos minoritarios tienden a experimentar una mayor percepción de inseguridad y vulnerabilidad en el sitio. Lo que reduce todavía más el sentido de pertenencia e integración, esto sugiere una urgencia por promover un entorno más inclusivo y accesible para todos.
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Gehl (2014) menciona que los habitantes en las urbes tienden a alcanzar un bienestar más sano, ya que estos ofrecen entornos públicos claves para lograr un mejor desarrollo de vida. Por ende, es importante también hacer énfasis en la revitalización de los parques urbanos, ya influyen de igual manera en la cohesión social y al desarrollo sostenible de las ciudades.
Conclusión
De acuerdo con los resultados obtenidos, se puede concluir que el abandono de parques urbanos, como el Parque San Antonio del Maurel, es debido a un conjunto de factores que van desde lo social, económicos y de diseño. Esta situación no es responsabilidad total de las autoridades, sino que también recae en la comunidad.
Uno de los aspectos más importantes a destacar es el diseño el espacio ya que este afecta directamente en su uso, apropiación y conservación. Es fundamental que desde sus inicios se tomen en cuenta las necesidades del usuario como sus actividades, intereses y contexto. De esta manera es posible que haya un uso y apropiación real de la comunidad.
No obstante, también se identificaron otras intervenciones que pueden mejorar significativamente en su diseño. Entre estas estrategias destacan:
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Mejora en la accesibilidad universal (integrar rampas, escaleras, aceras, etc.)
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Intercambios sociales a través de actividades culturales y recreativas.
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Mantenimiento de áreas verdes e implementación de sombras por medio de árboles o estructuras.
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Restauración e incremento adicional del mobiliario urbano.
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Alumbrado público.
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Limpieza regular del parque.
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Diseño y mejora de espacios deportivos y de juego.
Estas estrategias pueden servir de ejemplo para otros contextos urbanos, siempre y cuando se adapten a las características y necesidades de cada usuario. La finalidad es que las personas se apropien, cuiden y usen los espacios públicos de manera adecuada para los que fueron diseñados. Esto impacta de forma positiva en la comunidad ya que, refuerza los lazos sociales y a construir ciudades más justas y mejor pensadas para todos.
Figura 10. Explanada intervenida. Elaboración propia. Figura 11. Intervención. Elaboración propia
Referencias
Boudeguer, Andrea, A.C. (2010). Manual de Accesibilidad Universal. Boudeguer & Squella ARQ.
Cruz, C. (2021). Habitar el espacio público, Una revisión ideológica para entender el papel de la arquitectura en la ciudad. (Tesis de licenciatura). Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México.
Col·lectiu Punt 6 (2005). Guía de reconocimiento urbano con perspectiva de género, 99-115.
Gehl, J. (2014). Ciudades para la gente. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Infinito.
Guadarrama Sánchez, G. J., & Pichardo Martínez, P. M. (2020). La apropiación y el uso del espacio público urbano. Los comunes en el parque urbano. (A. C. Zinacantepec: El Colegio Mexiquense, Ed.) Economía, sociedad y territorio, 21(65), 57-85.
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2023). Censo de Población y Vivienda 2020: https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/2020/
MarketDataMéxico. (19 de Noviembre de 2024). Perfil sociodemográfico: Colonia San Antonio De La Punta, Querétaro, en Querétaro. Obtenido de MarketDataMéxico: https://www.marketdatamexico.com/es/article/Perfil-sociodemografico-Colonia-San-Antonio-De-La-Punta-Queretaro-Queretaro
Mendoza, V(2023). Descuido y abandono del espacio público en Zapotlán de Juárez, Hidalgo. PADI,12.
Pavon-Cuellar, K. (2020). Pasear con el paseante: Walter Benjamín, la pregunta por el flâneur y el sujeto del capitalismo. Obtenido de Fundación Universitaria los Libertadores: https://www.redalyc.org/journal/1390/139069262009/html/

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La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) entregó este 2025 el Premio Xahni a 14 docentes que, más allá de impartir conocimientos, han dejado una huella significativa en la formación de sus estudiantes. Este galardón reconoce la labor docente desde una perspectiva transformadora, ética y humana, y en esta edición, la Facultad de Derecho celebró a una de sus académicas más comprometidas: la Dra. Rocío González Velázquez.
Su historia dentro del ámbito académico comenzó mucho antes de llegar a la UAQ. Egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su formación estuvo marcada por una temprana y decisiva experiencia en el Instituto de Investigaciones Jurídicas, donde fue invitada a colaborar siendo aún estudiante. Esa etapa no solo le mostró el rigor del trabajo académico, sino que sembró en ella una semilla que con los años florecería en un profundo amor por la investigación. En ese momento, su mirada estaba más orientada hacia el quehacer investigativo, sin imaginar que años después encontraría en la docencia un espacio de crecimiento, sentido y transformación.
Fue en el año 2020, en pleno contexto de pandemia, cuando se incorporó a la UAQ. Aunque no tenía experiencia previa como docente, su contacto inmediato con los estudiantes le reveló algo que había estado presente desde siempre. “En la preparatoria, también estudié en la UNAM, los profesores me pedían que yo diera la clase. En matemáticas, en química… no sé por qué, pero solo a mí me lo pedían. Yo no entendía entonces que eso era una señal, que tenía cierta habilidad para enseñar.”
El inicio formal de su carrera docente fue también el momento en que descubrió que, efectivamente, enseñar era parte esencial de su vocación. Desde entonces, ha cultivado una forma de dar clase que se caracteriza por el diálogo horizontal, la sensibilidad crítica y el reconocimiento del otro como un ser con agencia, con saberes y con historia.
A ella le gusta que le llamen simplemente “profesora Rocío”. Evita títulos como “doctora” o “miss”, porque cree que la cercanía y el respeto mutuo no dependen de fórmulas jerárquicas. Su aula es un espacio donde sus estudiantes no solo aprenden contenidos, sino que son desafiados a pensar, cuestionar y descubrir sus propias capacidades. “Me inspiran ellas y ellos. Me gusta ver que se reconocen como personas con voz, con pensamiento propio, con herramientas para interpretar y transformar la realidad. Me reta a estar a la altura de esa exigencia, a ofrecerles algo que valga la pena.”
Uno de los aspectos que más valora de su labor es acompañar a sus estudiantes en el descubrimiento de su propio potencial. Disfruta ver cómo se dan cuenta de que los conocimientos que han construido a lo largo de la vida, aunque no estén publicados en revistas científicas, también son válidos, sólidos y significativos. “Cuando terminan un proyecto del que se sienten orgullosos y que les muestra que son capaces de más de lo que pensaban, ese es uno de los momentos que más disfruto como maestra.”
Pero también reconoce los múltiples desafíos que enfrenta la docencia en el contexto actual. Entre ellos, menciona la reconfiguración de la figura del docente: ya no se trata de imponer autoridad, sino de ejercer una influencia desde la ética, la congruencia y la facilitación del pensamiento crítico. También reflexiona sobre el impacto de herramientas como la inteligencia artificial en los procesos de aprendizaje y sobre las condiciones laborales del gremio, que en muchos casos son precarias y feminizadas. “No es mi situación particular, pero soy muy consciente de lo que viven muchos colegas en el país. La labor docente merece dignificación y justicia laboral.”
El momento en que recibió el correo notificándole que sería una de las galardonadas con el Premio Xahni fue inesperado y emotivo. “No conocía el premio, ni sabía que estaba siendo considerada. No me lo esperaba, menos entre tantas y tantos docentes valiosos de la facultad. Me conmovió muchísimo. Una alumna me había dicho hace poco que yo era como la ‘maestra Miel’ de la película Matilda. Me hizo gracia en su momento, pero cuando recibí la noticia, recordé esas palabras y entendí lo que estaba detrás.”
Su labor no se limita a la transmisión de conocimientos jurídicos. En sus clases, se transversalizan valores fundamentales como la perspectiva de género, los derechos humanos, la ética profesional y la responsabilidad social universitaria. Considera que estos elementos no pueden separarse de los contenidos disciplinares: forman parte integral de la formación de abogadas y abogados comprometidos con una sociedad más justa, crítica y consciente.
A las nuevas generaciones de estudiantes y docentes, les deja una recomendación clara y firme: “Cuestiónenlo todo. No den nada por sentado. Pregúntense si lo que escuchan, leen o repiten vale la pena, si es justo y válido. Cultiven el espíritu crítico, porque solo así se puede construir conocimiento significativo y comprometido.”
Finalmente, la profesora Rocío cierra con palabras de gratitud. Agradece a quienes hacen posible la difusión de estos reconocimientos y a las autoridades universitarias por fomentar estos espacios. Pero sobre todo, agradece a sus estudiantes, quienes le han confirmado que está donde debe estar: acompañando, sembrando y aprendiendo junto a ellos.

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Este 2025, la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) otorgó el Premio Xahni a 14 docentes, entre ellos una figura profundamente querida por la comunidad estudiantil de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales: la Dra. Betsabee Fortanell Trejo. Este galardón, que reconoce a quienes han hecho de la docencia un acto transformador, no podría haber recaído en alguien más alineada con ese espíritu. Betsa, como le llaman sus estudiantes con cariño y confianza, no solo imparte clases; crea vínculos, siembra pensamiento crítico y transforma las aulas en espacios de escucha, conciencia y libertad.
Egresada de la Licenciatura en Comunicación y Periodismo por la UAQ, la Dra. Betsabee Fortanell continuó su formación con una Maestría en Comunicación en la Universidad de Guadalajara y un Doctorado en Estudios Socioculturales por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Su recorrido académico se ha nutrido tanto del ejercicio periodístico como del trabajo de investigación y, sobre todo, de su entrega a la docencia. Ella misma reconoce que llegó a esta labor "por accidente", pero que fue en el diálogo cotidiano con sus estudiantes donde realmente descubrió su vocación.
“Durante mucho tiempo me pregunté qué podía enseñar”, confiesa. “Hasta que, hace unos años, escuchando a mis estudiantes, me di cuenta de que lo que compartimos en clase no es solo teoría, es también un espacio seguro, un lugar donde las emociones y las experiencias son válidas”. Para ella, enseñar no es una posición de poder, sino un ejercicio de horizontalidad, de humildad y de constante retroalimentación.
Una de las experiencias que marcó su práctica docente fue el paro estudiantil, durante el cual participó en actividades de diálogo con distintos grupos. Escuchar de primera mano las preocupaciones, exigencias y vivencias de las, los y les estudiantes la llevó a repensar su papel dentro de la universidad. Desde entonces, ha cultivado una postura más crítica y empática: “Soy una persona que protesta, que se incomoda y que también quiere incomodar, porque la universidad debe ser un espacio de cuestionamiento”.
Y, sin embargo, su incomodidad no excluye la ternura. Al contrario, uno de los ejes que atraviesa su forma de enseñar es el cuidado. Betsa entiende el aula como un espacio donde el conocimiento es importante, pero también lo son el acompañamiento, las emociones y la comunidad. “Mis estudiantes no lo saben, pero me hacen muy feliz”, comparte con una sonrisa. “Escucharles, saber cómo están, cuestionar la realidad con ellos, ver cómo se transforman… eso me llena el alma”.
El reconocimiento con el Premio Xahni la tomó por sorpresa. Recuerda entre risas cómo dos de sus estudiantes, Omar y Neto, llegaron a su salón pidiéndole imágenes para el evento, sin decirle que ella era la galardonada. Fue una amiga quien finalmente le confirmó la noticia. “Estaba a punto de empezar clase, me dijeron y se me salieron las lágrimas. Fue muy emotivo, porque este premio viene de mis estudiantes, de quienes me han dicho que mis clases les gustan, que se sienten bien… pero yo nunca pensé que llegaría a recibir este reconocimiento. Lo recibí con muchísima gratitud y mucha humildad.”
Su inspiración diaria proviene, por supuesto, de sus estudiantes, pero también de su constante inquietud por aprender. En los últimos años, se ha volcado en lecturas decoloniales y antirracistas que le han permitido pensar la academia desde otros lugares, más incluyentes, cuestionadores y menos verticales. La docencia, dice, es un campo que también necesita ser desmontado, discutido, y vuelto a armar desde otras narrativas.
Para Betsa, enseñar va más allá de los contenidos académicos. Su deseo es sembrar en sus estudiantes una conciencia crítica, una apertura al cambio y una sensibilidad hacia la diversidad. “Para mí es importante que reconozcan que existen muchas formas de habitar el mundo. Que las violencias patriarcales nos atraviesan a todas las personas, y que nuestra tarea es también crear comunidad, espacios seguros y resistencias colectivas”.
Frente a los retos contemporáneos, como la adaptación a nuevas tecnologías o formas de aprendizaje, no se muestra renuente. Por el contrario, reconoce que cada generación trae nuevos lenguajes y nuevas urgencias. Ella busca estar atenta, aprender junto a sus alumnos, dejarse transformar.
Si tuviera que dejar un mensaje a quienes se inician en la docencia, lo tiene claro: “Que se tomen muy en serio este oficio. Que lo vivan con respeto, con ética, con alegría. Porque nuestro actuar en el aula transforma, toca vidas, y eso es una enorme responsabilidad”.
Y si pudiera decirles algo más a sus estudiantes, lo resume entre lágrimas con sencillez:“Gracias por transformarme. Gracias por hacerme mejor persona.”

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En el amplio mundo de la docencia universitaria, hay quienes enseñan por vocación, quienes lo hacen por convicción y quienes, como el profe Ramón, lo hacen por ambas razones. Su nombre completo es Ángel Ramón Flores Sosa, y es profesor en la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Querétaro. Pero para sus estudiantes, simplemente es “el profe Ramón”, un nombre que refleja cercanía, respeto y una forma muy particular de estar presente en el aula: con paciencia, claridad y un genuino interés por quienes tiene enfrente.
Aunque la pedagogía no fue su primer camino académico, la enseñanza lo ha acompañado desde siempre. Hijo de docentes, creció en un ambiente donde la educación era parte del día a día. “Mis papás son maestros, y desde siempre me decían que yo también podría serlo. Pero no me veía en una Escuela Normal; yo quería estudiar algo relacionado con química o ingeniería”, recuerda con una sonrisa. Sin embargo, el gusto por enseñar emergió de manera natural: en la secundaria y en la preparatoria sus compañeros recurrían a él para que explicara los temas difíciles. Ya en la universidad, comenzó a dar clases particulares de matemáticas y química, y ahí se dio cuenta que le gustaba enseñar, pero sobre esas materias.
Actualmente imparte materias como química orgánica, química general y laboratorios básicos, además de una optativa especializada llamada “Tecnologías emergentes para la conservación de alimentos”. Pero más allá de los contenidos, lo que realmente guía su práctica docente es una profunda conciencia de lo que puede representar una sola clase, una sola conversación, un solo gesto.
En el doctorado, mientras apoyaba a una compañera de maestría con sus experimentos, no sabía que estaba siendo una pieza clave para que ella pudiera continuar. “Tiempo después me dijo que había estado a punto de darse de baja y que la ayuda que yo le brindé fue fundamental para que terminara. Ahí me di cuenta del impacto que pueden tener nuestras acciones, incluso sin saberlo. Desde entonces, cada vez que doy clases, recuerdo que tal vez ese día, esa clase, puede tener un gran impacto en la vida de alguien”.
Esa empatía es uno de los rasgos que más valoran sus estudiantes. El profe Ramón es de esos docentes que no solo explican, sino que acompañan. Que entienden que detrás de cada alumno hay una historia, y que la universidad, además de formar profesionistas, es un espacio donde se construyen vidas. “Es imposible saber todo lo que están viviendo los estudiantes, pero eso no impide que uno pueda ser útil más allá de lo académico”, dice con convicción.
Inspirado por figuras como la Dra. Elia Nora Aquiño Bolaños, su directora de tesis de licenciatura y maestría en la Universidad Veracruzana, y el Dr. Edmundo Mercado, quien lo acompañó durante el doctorado en la UAQ, el profe Ramón mantiene una meta muy clara: ser, al menos, tan bueno como ellos, con la misma humildad y el mismo entusiasmo por enseñar e investigar. “Ellos me enseñaron que no importa cuánta experiencia tengas, nunca dejas de aprender ni de comprometerte con los demás”, afirma.
En un entorno cada vez más cambiante, reconoce que uno de los mayores retos para los docentes es adaptarse a las nuevas realidades del estudiantado. “Cuando yo era estudiante, no se hablaba tanto de salud emocional o mental, y ahora son temas que debemos tomar en cuenta. Las formas de enseñar y de relacionarnos han cambiado. Hay que tratar con respeto estas nuevas dinámicas y estar dispuestos a aprender también como profesores”.
Tal vez por eso, recibir el Reconocimiento Xahni en 2025 fue un momento especialmente significativo para él. Este premio lo tomó por sorpresa. “No trabajo para recibir premios, mi reconocimiento es cuando un exalumno me dice ‘gracias, profesor, lo que me enseñó me sirvió’. Pero cuando me dieron el Xahni fue muy bonito, saber que los grupos me evaluaran bien, que me felicitaran en los pasillos, que me abrazaran. Fue una experiencia muy grata”.
Más allá del aula, el profe Ramón también trata de transmitir algo más profundo: valores que se viven, no que se imponen. “Creo que lo importante es predicar con el ejemplo. Compartir el conocimiento con paciencia, sabiendo que no todos lo van a entender a la primera, pero sí pueden aprender si uno está ahí para guiar. Y si ellos pueden ayudar a alguien más, o mejorar el momento de otra persona, también les toca hacerlo”.
A las nuevas generaciones de estudiantes, les deja un mensaje claro y firme: que trabajen y se esfuercen por sus objetivos. “A veces se piensa que ya no es necesario estudiar, que hay otras formas de alcanzar el éxito. Pero el esfuerzo y el trabajo sí tienen recompensa. Que tengan claro lo que quieren, y que trabajen fuerte por eso”. Y a sus colegas docentes, les recuerda que cada día es una oportunidad para transformar vidas. “Tal vez no lo sepamos en ese momento, pero una clase, una palabra, puede marcar la diferencia para alguien”.