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Ejercicio físico: La clave para un cerebro sano

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Publicado: 26 Agosto 2025
Visitas: 36

Autores: Anallely Pantoja Pantoja, Dra. Ana Gabriela Hernández Puga, Dr. Oskar Soto Rojas, Dr. Humberto Martínez Orozco

¿Sabías qué la población mundial en el 2050 estará conformada principalmente por adultos mayores y que con ello aumentarán los casos de diversas enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer, convirtiéndose así en un problema de salud pública? (Instituto Nacional de Geriatría, 2020)

Pero no todo está perdido, hay acciones que podemos comenzar desde hoy de manera preventiva para cuidar nuestro cerebro, una de ellas es el “Ejercicio Físico”. En la actualidad se sabe que el ejercicio físico, más allá de los beneficios estéticos, de fuerza, resistencia, velocidad, ente otros. Genera una posible protección en nuestro cerebro, evitando su degeneración.

Pero ¿Cómo suceden esta protección?, varios estudios realizados en animales y humanos sugiere que el ejercicio físico tanto de fuerza como aeróbico disminuye procesos inflamatorios dañinos en nuestro cerebro, aumenta factores neurotróficos los que permiten la neuroplasticidad, es decir la formación de conexiones entre neurona y neurona, también se liberan sustancias químicas benéficas, como las endorfinas, que mejoran el estado de ánimo y neurotransmisores, que eficientizan procesos cerebrales, como memoria. (Agüera et al., 2020, Andrade et al., 2023).

Hablando de memoria, esta tiene una relación directa con el ejercicio físico, se ha comprobado que las personas activas físicamente presentan mejor rendimiento en pruebas de memoria, atención y velocidad de procesamiento. Esto se debe a que el ejercicio físico aumenta el flujo sanguíneo cerebral y con ello mejora la oxigenación y favorece a el crecimiento del hipocampo, un área que se ve afectada en la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. (De la Rosa,et al.,2020).

En la actualidad no existe una cura para el Alzheimer, pero cada vez hay más evidencia de que un estilo de vida activo puede retrasar su aparición o disminuir su impacto. Según la Organización Mundial de la Salud, hasta un 40% de los casos de demencia podrían prevenirse o retrasarse mediante cambios en el estilo de vida, siendo la actividad física una de las piezas fundamentales (Livingston, et al.,2020).

 

¿Qué tipo de ejercicio se pude realizar para obtenerlos beneficios? Desde los 18 a los 64 años se sugiere realizar un mínimo de 150 a 300 minutos de actividad física de resistencia o aeróbica por semana. Es decir, podemos combinar levantamiento de pesas, correr, nadar o realizar algún deporte estructurado como fútbol, básquetbol, yoga, etc. Hay muchas formas de mantener el cuerpo en movimiento.

En conclusión: ahora sabemos que moverse es mucho más que una cuestión de estética es una inversión en salud cerebral. Incluir el ejercicio en la rutina diaria no solo mejora la calidad de vida en el presente, sino que también puede ser clave para preservar la memoria y reducir el riesgo de enfermedades como el Alzheimer. Nunca es tarde para empezar a moverse, las decisiones de hoy pueden cambiar el curso de nuestro envejecimiento.

¡Acepta el reto de cuidar tu cerebro desde ahora!

Bibliografía:

De Salud, S. (s. f.). Enfermedad de Alzheimer, demencia más común que afecta a personas . . . gob.mx. https://www.gob.mx/salud/es/articulos/enfermedad-de-alzheimer-demencia-mas-comun-que-afecta-a-personas-adultas-mayores.

Agüera-Ortiz, L., García-Ramos, R., Pérez, F. J. G., López-Álvarez, J., Rodríguez, J. M. M., Rodríguez, F. J. O., Pueyo, J. O., Valero, C. P., & Porta-Etessam, J. (2021). Depression in Alzheimer’s Disease: A Delphi Consensus on Etiology, Risk Factors, and Clinical Management. Frontiers In Psychiatry, 12. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2021.638651

Andrade-Guerrero, J., Rodríguez-Arellano, P., Barron-Leon, N., Orta-Salazar, E., Ledesma-Alonso, C., Díaz-Cintra, S., & Soto-Rojas, L. O. (2023). Advancing Alzheimer's Therapeutics: Exploring the Impact of Physical Exercise in Animal Models and Patients. Cells, 12(21), 2531. https://doi.org/10.3390/cells12212531

De la Rosa, A., Olaso-Gonzalez, G., Arc-Chagnaud, C., Millan, F., Salvador-Pascual, A., García-Lucerga, C., Blasco-Lafarga, C., Garcia-Dominguez, E., Carretero, A., Correas, A. G., Viña, J., & Gomez-Cabrera, M. C. (2020). Physical exercise in the prevention and treatment of Alzheimer's disease. Journal of sport and health science, 9(5), 394–404. https://doi.org/10.1016/j.jshs.2020.01.004

Livingston, G., Huntley, J., Sommerlad, A., Ames, D., Ballard, C., Banerjee, S., Brayne, C., Burns, A., Cohen-Mansfield, J., Cooper, C., Costafreda, S. G., Dias, A., Fox, N., Gitlin, L. N., Howard, R., Kales, H. C., Kivimäki, M., Larson, E. B., Ogunniyi, A., . . . Mukadam, N. (2020). Dementia prevention, intervention, and care: 2020 report of the Lancet Commission. The Lancet, 396(10248), 413-446. https://doi.org/10.1016/s0140-6736(20)30367-6

Del aula a la comunidad

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Publicado: 25 Agosto 2025
Visitas: 86

El servicio social universitario suele asociarse a tareas administrativas, apoyos en oficinas o colaboraciones en proyectos internos de la institución. Sin embargo, para algunos estudiantes esta experiencia tomó un rumbo distinto: dejar la ciudad para vivir durante un mes en comunidades de la Sierra Gorda, compartir el día a día con sus habitantes y llevar consigo un proyecto de educación financiera.

En el marco del proyecto Educación Financiera para todas y todos. Inclusión en la Educación Financiera, se llevaron a cabo dos brigadas de trabajo comunitario UAQ 2025 en el municipio de San Joaquín, Querétaro. Este proyecto, coordinado por la Lic. Magdalena Jasso Yebra, tiene como objetivo democratizar el acceso a información sobre educación financiera a todas las personas, sin exclusión por género, religión, edad o nivel socioeconómico.

La primera brigada se desarrolló en la localidad de San Cristóbal y estuvo conformada por Emiliano Farid Franco Pérez (Psicología del Trabajo), Estefany Alexandra Bravo Martínez (Psicología del Trabajo) y Jesús García Vargas (Derecho).

La segunda brigada tuvo lugar en la comunidad de Nuevo San Joaquín, integrada por Ana Isabel Hernández Meza (Negocios y Comercio Internacional), Diego Mendoza Salinas (Psicología del Trabajo), Uriel Guerrero Aguas (Derecho) y Zair Pérez González (Psicología del Trabajo).

Estas experiencias representaron un espacio de intercambio en el que la Universidad Autónoma de Querétaro refrenda su compromiso con la formación integral de sus estudiantes y con la construcción de una sociedad más informada e incluyente en el ámbito financiero.

Diego Mendoza Salinas, Estefany Alexandra Bravo Martínez y Emiliano Farid Franco Pérez, todos de séptimo semestre, coincidieron en que la motivación inicial fue la curiosidad: “Queríamos estar en un ambiente nuevo, alejado de la ciudad, con la conciencia de que nos íbamos a enfrentar a retos distintos”, explica Diego. Al integrarse al programa de vinculación universitaria, fueron capacitados en el taller Educación financiera para todas y todos y posteriormente enviados a San Joaquín y San Cristóbal, donde formarían parte de brigadas con otros estudiantes.

La llegada no fue sencilla. Entre ajustes de última hora, la gestión de espacios comunitarios y la necesidad de ganarse la confianza de los pobladores, el inicio fue un proceso de adaptación acelerado. Emiliano recuerda que, en San Cristóbal, la primera tarea fue explicar de manera clara qué era el proyecto y por

qué estaban ahí: “Al inicio hubo trabas en la comunicación y cierta resistencia, porque existía la idea de que hablar de dinero no era tema para todos. Ese tabú fue nuestro primer reto, pero también la puerta para empezar a trabajar”.

El objetivo del proyecto era sembrar las bases de una educación financiera tanto en niños como en adultos. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que la participación de los adultos era limitada. “En San Joaquín prácticamente no hubo presencia de padres; en San Cristóbal solo una persona se mantuvo constante. Eso nos obligó a centrar los talleres en las infancias”, comparte Estefany. Aun así, este giro permitió que los estudiantes descubrieran una gran receptividad entre los niños, quienes aprendían con entusiasmo a través de juegos como memoramas, serpientes y escaleras o dinámicas de dibujo.

La convivencia cotidiana reforzó este vínculo. Más allá de los talleres, los universitarios compartieron comidas, juegos y conversaciones que les dejaron una visión más amplia de la realidad de las comunidades. Diego recuerda cómo algunos niños le sorprendieron con su habilidad para tocar el piano o con su ingenio para hablar del uso del dinero. “Algunos decían que el dinero servía para comprar dulces, otros mencionaban cosas más serias… y también hubo quien respondió cerveza. Esas respuestas, aunque sencillas, nos permitieron reflexionar sobre lo que ya saben los niños y cómo perciben el mundo adulto”, cuenta entre risas.

El servicio social también estuvo marcado por la calidez de la comunidad. Estefany relata que, al enfermarse durante la última semana, varios padres se acercaron para ofrecerle remedios caseros y hasta un espacio en sus hogares: “Dormíamos en las instalaciones del DIF, donde había goteras, y nos ofrecieron hospedaje. Sentir esa cercanía, lejos de casa, fue algo que me marcó profundamente”.

No todo fue sencillo. En San Cristóbal, el reducido número de brigadistas generó tensiones al repartir responsabilidades, pero el compromiso de la mayoría permitió que el proyecto saliera adelante. Emiliano subraya que uno de los mayores aprendizajes fue entender la importancia de la colaboración, incluso en contextos adversos.

Las experiencias vividas cambiaron la manera en que los tres estudiantes conciben su papel como universitarios y futuros profesionales. “Llegamos con la visión citadina de querer enseñar, pero pronto nos dimos cuenta de que también teníamos mucho que aprender de ellos”, reflexiona Diego. “Las comunidades tienen habilidades y saberes que en la ciudad desconocemos; convivir con ellos fue una retroalimentación constante”.

Estefany coincide en que la experiencia la hizo más consciente de sus privilegios: “En Querétaro damos por hecho que hay escuelas en todas partes, pero allá una comunidad puede tener solo un maestro. Eso te hace dimensionar la importancia de retribuir lo que la universidad nos brinda, porque estudiamos en una institución pública gracias al esfuerzo de toda la sociedad”.

Para Emiliano, lo más valioso fue descubrir la manera en que la universidad puede impactar directamente en la vida de comunidades que, durante años, no habían recibido este tipo de proyectos. “En San Cristóbal nos decían que llevaban cinco años sin tener presencia de universitarios. Ver cómo se reactivaba el DIF y cómo los habitantes lo valoraban nos confirmó que estos proyectos tienen que continuar”.

Al mirar hacia atrás, los tres coinciden en que recomendarían a otros estudiantes vivir un servicio social en comunidad. No solo por el aprendizaje académico o el cumplimiento de un requisito, sino por la oportunidad de salir de la burbuja urbana, enfrentarse a nuevas realidades y construir lazos que trascienden lo académico. “Muchas veces buscamos un servicio social sencillo en oficinas, pero esta es una experiencia transformadora. Es cuando realmente entiendes lo que significa servir”, concluye Estefany.

Interpretaciones de la educación, la cultura y las artes

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Publicado: 15 Agosto 2025
Visitas: 48

El Cuerpo Académico "Interpretaciones de la educación, la cultura y las artes" de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro es un espacio académico que combina distintas disciplinas para estudiar, desde perspectivas diversas, fenómenos culturales y artísticos en un mundo cada vez más influenciado por las tecnologías digitales.


Su coordinadora, la Dra. Rosario Barba González, cuenta que su trayectoria comenzó en un campo distinto: estudió la Licenciatura en Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas. Más adelante, obtuvo la Maestría en Comunicación en la Universidad de Guadalajara y el Doctorado en Estudios Socioculturales por la Universidad Autónoma de Aguascalientes, con una línea de especialización en interpretaciones de la educación, la cultura y las artes.


“Llegué a la Facultad de Artes hace muchos años, y desde entonces he encontrado un espacio de diálogo muy valioso para explorar cómo la cultura y el arte se entrelazan con lo social, lo educativo y lo digital”, explica.


El Cuerpo Académico está integrado por cuatro académicos con trayectorias sólidas y especialidades distintas:

Dr. Juan Granados Valdez, filósofo de formación con un amplio espectro de líneas de trabajo. Sus publicaciones incluyen temas de filosofía de la estética, filosofía del arte y reflexiones en torno al impacto de las tecnologías en la creación artística.

Dr. José de Jesús Fernández Malváez, antropólogo con especialización en estudios del trabajo, que ha incursionado también en análisis culturales y sociales de amplio alcance.

Dr. Enrique Rodríguez Bárcenas, filósofo especializado en estética, con una profunda mirada hacia la experiencia de la belleza, el juicio estético y sus transformaciones en contextos contemporáneos.

Dra. Rosario Barba González, especialista en fenómenos digitales, redes sociales y su papel en la construcción de narrativas culturales.


La diversidad de sus formaciones ha permitido que el grupo adopte un enfoque transversal, en el que filosofía, antropología, sociología y comunicación se entrecruzan para generar investigaciones que responden a preguntas contemporáneas sobre la cultura, el arte y la educación.


En los últimos años, una de las principales áreas que ha unido sus esfuerzos es el campo de las humanidades digitales. Esta línea les ha permitido estudiar fenómenos como:

  • El impacto de la inteligencia artificial en el arte y la cultura.
  • La transformación del concepto de belleza y no belleza en entornos digitales.
  • El papel de las redes sociales como espacios de construcción de discursos, mediante el análisis de metáforas y narrativas.

Por ejemplo, el Dr. Juan Granados y el Dr. Jesús Fernández han publicado investigaciones sobre la relación entre arte, cultura e inteligencia artificial; mientras que el Dr. Enrique Rodríguez Bárcenas ha trabajado en filosofía de la estética, y la Dra. Barba ha desarrollado estudios sobre metáforas y comunicación en plataformas digitales.


Este Cuerpo Académico considera que su principal aporte es la confluencia de miradas: “Lo más valioso que podemos ofrecer es la posibilidad de analizar fenómenos culturales contemporáneos desde perspectivas complementarias, lo que nos permite entender su complejidad”, afirma la Dra. Barba.


Este enfoque les ha permitido abordar problemáticas como:

  • Cómo las nuevas tecnologías están cambiando la forma en que se produce, consume y disfruta la cultura.
  • Qué retos metodológicos implica el análisis de fenómenos culturales que surgen en entornos híbridos, donde lo físico y lo digital se entrelazan.
  • De qué manera las concepciones estéticas se reconfiguran en un mundo interconectado.


Además de su trabajo académico formal, el C.A. Artes busca acercar sus investigaciones a un público amplio. Sus integrantes publican artículos, libros y materiales que están disponibles en medios impresos y digitales, y participan en actividades de divulgación en la Facultad de Artes, donde también presentan trípticos informativos de los distintos cuerpos académicos.


Quienes deseen conocer más sobre sus líneas de trabajo pueden consultar sus publicaciones en línea o contactar directamente a sus integrantes vía correo electrónico, con el objetivo de generar sinergias académicas y explorar proyectos conjuntos.

Servicio social con propósito

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Publicado: 11 Agosto 2025
Visitas: 29

La brigada “Expedición Científica 4x4”, a cargo del Mtro. Iván González García de la Facultad de Ingeniería, tuvo como objetivo acercar conceptos básicos de matemáticas, física, biología y química a niñas y niños de 6 a 12 años de dos comunidades de Querétaro, mediante actividades lúdicas y participativas. Integraron esta brigada Karla Ximena Tamayo Ramírez, Luis Ángel Bautista Solís y Jessica Lynn Fernández Rosales, estudiantes de séptimo semestre de la Licenciatura en Ingeniería Química en Alimentos de la Facultad de Química, así como Behira Nesija García y Francisco Emmanuel Cuéllar Carrillo, de Ingeniería Mecánica Automotriz. A diferencia de muchos de sus compañeros, que realizan su servicio social en laboratorios o como apoyo docente, ellos optaron por una experiencia diferente: llevar la ciencia a la comunidad rural de San Cristóbal, en el municipio de San Joaquín.

Desde un principio, buscaban un servicio que, sin ser tan absorbente en tiempo, les permitiera interactuar, aprender y aportar de forma significativa. Encontraron en la Dirección de Vinculación una opción que les llamó la atención: trabajo comunitario. Aunque en un inicio parecía no estar dirigido a su área, insistieron y lograron integrarse como equipo. Querían vivir algo distinto, juntos.

Durante ocho días, de lunes a jueves, impartieron un taller de ciencias para niñas y niños de entre seis y doce años en la comunidad de San Cristóbal, en San Joaquín. Enseñaban matemáticas, física y química de forma lúdica: construyeron lámparas de lava, pintaron flores con pigmentos naturales y compartieron experimentos sencillos para acercar a los pequeños al fascinante mundo de la ciencia.

Más allá de transmitir conocimiento, su objetivo fue despertar el interés por el aprendizaje. "Queríamos que vieran que hay mucho más allá de la primaria, que conocieran lo que se puede hacer con las ciencias", explicó Ángel.

Y es que, como comentó Jessica, cuando alguien preguntó a los niños quiénes querían ir a la universidad, muy pocos levantaron la mano.

En San Cristóbal, los seis grados de primaria comparten un solo espacio escolar. Esta dinámica ha generado rezagos en lectoescritura y matemáticas, lo que limita las posibilidades de los niños de ingresar a secundaria. “Había niños que no sabían leer, y eso es un impedimento para continuar sus estudios”, compartió Ángel.

Pese a este contexto, la comunidad los recibió con hospitalidad y calidez. Al principio hubo cierta desconfianza, pero conforme pasaron los días, las familias comenzaron a abrirse, a invitarlos a sus casas, a compartir con ellos sus alimentos e incluso a integrarlos en eventos como cumpleaños, comuniones y celebraciones locales.

“Desde el primer día nos ofrecieron sus casas para bañarnos”, recuerda Ximena. “El cariño que te das cuenta que puedes ganarte, y que tú también desarrollas, es algo que te llevas contigo”.

Al llegar, el espacio en el que vivirían estaba abandonado. Tuvieron que limpiarlo, organizarse sin luz ni agua en algunas ocasiones, y adaptarse a una forma de vida con menor acceso a servicios, pero más conexión con lo esencial. "Te das cuenta de lo afortunado que eres", dice Ximena. "Empiezas a valorar cosas tan básicas como el baño o la comida".

En ese proceso, también enfrentaron otro tipo de diferencias: la forma en la que se percibe el tiempo. En la comunidad, la vida es tranquila, sin la urgencia con la que se vive en la ciudad. “Nosotros queríamos iniciar puntuales, pero ellos te decían: ‘¿qué más van a hacer?, tranquilos’”, comparte Ángel entre risas.

Al final del taller, los niños comenzaron a mostrarles cuánto los apreciaban: dibujos, palabras, abrazos. Ángel aún recuerda el cartelito que le regalaron: “Eres mi mejor amigo”. La despedida fue, para los tres, un momento profundamente emotivo.

Esta experiencia, cuentan, transformó su forma de ver el mundo. En lo personal, les permitió conocerse más a sí mismos. En lo académico, fortaleció su capacidad de organización y trabajo en equipo. “Hicimos muy buen equipo entre nosotros —dice Ximena—, nos cuidamos mucho”.

Consideran que este tipo de proyectos sí fortalece la formación integral del estudiantado, pero también creen que podrían perfeccionarse. Ángel sugiere que, antes de implementarlos, se visite la comunidad para conocer sus necesidades específicas. Por ejemplo, enfocarse más en lectura o enviar estudiantes de Veterinaria, dado que muchas personas crían animales sin acompañamiento profesional.

Cuando se les pregunta si recomendarían esta experiencia a otros estudiantes, no dudan: “Sí, porque te saca de tu zona de confort, además de que aprendes, te conectas con otras personas, haces recuerdos que te llevas para toda la vida”. “Es una experiencia que te permite conocerte más a ti, porque estás lejos de lo cotidiano. Y ahí te das cuenta de que eres capaz de hacer cosas que nunca habías intentado”, concluye Jessica.

Vocación y compromiso universitario

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Publicado: 05 Agosto 2025
Visitas: 13

En la universidad, el conocimiento circula, se transforma y se comparte. Pero detrás de cada clase, proyecto, acompañamiento o palabra de aliento, está la figura de quienes eligen dedicar su vida a enseñar. Ser docente no es únicamente impartir conocimientos o cumplir un programa académico: es comprometerse con el crecimiento de otras personas, es formar conciencia e inspirar. En este contexto, la Universidad Autónoma de Querétaro reconoce cada año a quienes encabezan esta vocación con entrega y constancia mediante la entrega del Premio Xahni, una distinción que honra la labor docente y celebra su papel esencial en la formación universitaria.

El nombre de este galardón proviene del vocablo otomí “Xahni”, que significa “sabio” o “el que conoce”. No podría ser más acertado: el saber no solo se acumula, se transmite con generosidad. Las y los docentes distinguidos con el Xahni 2025 no solo cuentan con una buena trayectoria académica, también son personas que dejan huella dentro y fuera del aula. Este año, fueron reconocidos 14 profesores y profesoras, uno por cada unidad académica de la UAQ .

La docencia implica una responsabilidad ética profunda. Enseñar no es solo preparar una clase: es abrir espacios de escucha, de diálogo y de cuestionamiento. Es aprender a mirar con atención las necesidades de las y los estudiantes, acompañar sus procesos y estar presente en momentos clave de su formación.

Para recibir el reconocimiento Xahni, las y los docentes deben cumplir con criterios rigurosos: haber impartido clases durante todo el ciclo escolar, mantener una evaluación promedio mínima de nueve, pertenecer al profesorado de tiempo completo y demostrar constancia en su compromiso académico, entre otros requisitos. Sin embargo, detrás de estas métricas hay algo que no se puede cuantificar del todo: la pasión con la que se transmite el conocimiento, la sensibilidad para acompañar procesos complejos y la integridad para ser ejemplo.

Este año los galardonados fueron:

  • Escuela de Bachilleres – Dr. Francisco Javier Cisnel Cabrera

  • Facultad de Artes – Mtra. Claudia Adriana Fuerte León

  • Facultad de Ciencias Naturales – Mtra. Elba Orozco Estrada

  • Facultad de Ciencias Políticas y Sociales – Dra. Betsabee Fortanell Trejo

  • Facultad de Contaduría y Administración – Mtra. Luz María Marín Aboytes

  • Facultad de Derecho – Dra. Rocío González Velázquez

  • Facultad de Enfermería – Mtra. Cinthya Vargas de la Rosa

  • Facultad de Filosofía – Mtra. Elizabeth Regina Díaz Díaz

  • Facultad de Informática – Dra. Violena Hubenova Nencheva

  • Facultad de Ingeniería – Mtra. Inés Guadalupe Germán Aguilar

  • Facultad de Lenguas y Letras – Mtra. María del Carmen Tatay Fernández

  • Facultad de Medicina – Dr. Miguel Francisco Javier Lloret Rivas

  • Facultad de Psicología y Educación – Dr. José Domingo Schievenini Stefanoni

  • Facultad de Química – Dr. Ángel Ramón Flores Sosa

El Xahni celebra la excelencia académica, pero también la dimensión humana de la docencia. En un tiempo donde la educación enfrenta múltiples desafíos —desde los cambios tecnológicos hasta las crisis sociales y emocionales—, la figura docente se vuelve aún más crucial. Quienes enseñan hoy no solo comparten contenidos, sino que actúan como guías, facilitadores y acompañantes. Su trabajo incide directamente en cómo se forma el pensamiento crítico, la ética profesional y la formación del estudiantado.

Reconocer a las y los docentes es reconocer también los valores que sostienen a nuestra universidad: la entrega, la responsabilidad social y la búsqueda del conocimiento como bien común.

  1. La humanidad en el arte de enseñar
  2. Tres décadas entre mapas, historias y humanidad
  3. Enseñar con verdad, constancia y honor
  4. Diseño de las viviendas en México: un factor esencial para el bienestar social

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