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El presente artículo, desarrollado por el Dr. Alexandro Escudero Nahón, especialista en Educación Transdigital, tiene como objetivo presentar un recurso innovador para la comunidad educativa: un directorio de inteligencias artificiales diseñado para facilitar el aprendizaje y la enseñanza en entornos universitarios. A través de esta guía, los estudiantes y docentes podrán explorar, seleccionar y aplicar herramientas de IA de manera estratégica, optimizando sus procesos académicos y fomentando una educación más personalizada, eficiente y enriquecedora.
La proliferación de aplicaciones de inteligencia artificial (IA) está provocando cierto desconcierto entre la comunidad educativa. Al día de hoy se reconocen aproximadamente 800 opciones de aplicaciones que pueden ayudarte a aprender, enseñar y realizar labor académica. Hoy te presento una aplicación que te ayudará a identificar todas esas opciones y a seleccionar la más adecuada para tu labor universitaria.
AIFindy es el directorio de herramientas de IA más grande y completo en la actualidad. Puedes encontrar herramientas de IA adaptadas a diversas tareas, desde análisis de datos, generación de contenido, hasta asistencia en procesos creativos y educativos. AIFindy posee un motor de búsqueda avanzado con filtros que facilita la navegación y selección según el precio, categoría o funcionalidad, lo que hace muy sencillo localizar la herramienta ideal para cada proyecto educativo o necesidad de aprendizaje. Además, ofrece recursos complementarios como cursos, prompts para generar tareas específicas con IA y una comunidad que comparte experiencias, enriqueciendo así el conocimiento colectivo sobre estas tecnologías.
Visita https://aifindy.com y busca la aplicación de IA a través del directorio general, que te presenta todas las opciones vigentes; o busca a través de categorías específicas, como generadores de textos, asistentes a la investigación, programación, creador de diapositivas, organización, promts, educación, etcétera; o conoce varios recursos de IA, como chatbots, redes sociales, generación automática de ejercicios, etcétera; o ingresa al blog para compartir experiencias y aprender de la comunidad.
AIFindy puede ayudarte a conocer oportunamente todas las opciones de IA para tu aprendizaje y fomentar tu autonomía. Pero los docentes también podrían verse beneficiados al tener acceso a soluciones que facilitan la creación de material educativo personalizado y el seguimiento individualizado del progreso de sus estudiantes.
AIFindy representa un puente entre el vasto universo de las tecnologías de IA y el mundo educativo, ofreciendo una plataforma accesible y completa para que el aprendizaje sea más personalizado, eficiente y enriquecedor. Su rol como directorio ayuda a encontrar la herramienta adecuada y promueve la innovación educativa mediante la integración de soluciones tecnológicas avanzadas que potencian el desarrollo de competencias en estudiantes y docentes por igual. Así, AIFindy se posiciona como un aliado fundamental en la transformación digital del aprendizaje contemporáneo, favoreciendo la inclusión, la diversidad de métodos y la mejora continua en los procesos educativos.
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En la Universidad Autónoma de Querétaro, la Clínica de Neurodiagnóstico y Rehabilitación Dr. Moisés López González se ha consolidado como un espacio donde la ciencia, la atención médica y el compromiso social se entrelazan para ofrecer un servicio especializado a la comunidad. La clínica lleva este nombre en honor al doctor Moisés López González, pionero en el estudio del sistema nervioso en Querétaro y formador de generaciones de profesionales en el área de la salud, cuyo legado académico y humano marcó profundamente el desarrollo de esta disciplina en la UAQ.

Además de brindar atención a pacientes, la clínica funciona como un centro de investigación y formación académica, donde estudiantes y especialistas participan en el desarrollo de nuevos conocimientos científicos. Bajo la dirección del Dr. Hebert Luis Hernández Montiel, quien cuenta con un doctorado en Ciencias Biomédicas y 11 años de trayectoria en la unidad, el espacio ha fortalecido sus capacidades técnicas y humanas.
Desde su creación en 2014, la clínica inició con un pequeño grupo de investigación y un modelo autosustentable, orientado a ofrecer atención continua a la población. Al no existir en México una especialidad directa en neurofisiología clínica, se establecieron vínculos académicos internacionales para fortalecer el equipo, integrando especialistas cubanos que aportaron su experiencia al proyecto.
El Dr. Hernández destacó que, gracias a los Fondos Mixtos de investigación, fue posible adquirir el equipamiento con el que cuenta actualmente la clínica. Estos recursos permitieron consolidar un área especializada en diagnóstico del sistema nervioso, inicialmente vinculada a la Facultad de Medicina, y posteriormente trasladada a espacios más adecuados para su operación.
En ese proceso de crecimiento, también participó en la creación del Centro de Investigación en Biotecnología y Aplicaciones (CIBA), en el Campus Aeropuerto, donde se estableció una organización que integraba clínica, posgrados y laboratorios. Este modelo permitió articular atención médica, investigación científica y formación de especialistas en un mismo espacio universitario.
A lo largo de estos 11 años, la clínica ha transitado por distintas sedes dentro de la UAQ, hasta encontrar en la Facultad de Química un lugar adecuado para su consolidación. Actualmente, uno de sus principales compromisos es garantizar que los servicios se mantengan accesibles, sin comprometer la calidad en la atención ni el uso de tecnologías especializadas.
Entre los servicios que ofrece la clínica se encuentran estudios especializados de neurofisiología para el diagnóstico oportuno de trastornos del sistema nervioso, así como terapias de rehabilitación neurológica basadas en metodologías actualizadas. De acuerdo con el Dr. Hernández, uno de los propósitos centrales es acercar procedimientos que fuera del entorno universitario son de difícil acceso, tanto por su costo como por la disponibilidad de especialistas. Por ello, cada atención integra evaluación clínica, acompañamiento profesional y seguimiento personalizado, priorizando siempre el bienestar y la comodidad del paciente.

Aunado a lo anterior, señaló que el objetivo central es mantener un equilibrio entre la sustentabilidad del proyecto, la atención humana y la innovación médica. Por ello, ya se trabaja en nuevas áreas de estimulación temprana para niñas y niños, así como en la apertura de un programa de salud mental dentro de la Facultad de Química.
Para finalizar, el titular de la clínica agradeció el respaldo institucional de la Universidad e invitó a la comunidad a acercarse a los servicios que se ofrecen de lunes a viernes, de 7:00 a 15:00 horas. Las citas pueden solicitarse vía WhatsApp 442 344 5523, en la página oficial de Facebook o al número 442 192 1200, extensión 6252.
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En el marco del mes de la no violencia y la migración, el Comité ReCIBE, Red de Comités para la Integración y Bienvenida, impulsa la Semana de la Movilidad Intercultural, una jornada de actividades diseñada para visibilizar las distintas realidades de las personas en tránsito y promover la empatía dentro de la comunidad universitaria. A través de talleres, proyección de documentales, espacios artísticos y mercaditos interculturales, esta iniciativa busca abrir un diálogo informado que contrarreste la desinformación y los estigmas en torno a la movilidad humana. En este sentido, conversamos con Fernanda Mía Garrido Damián, Diana Itzel Marquez Hernández, Karol Michelle Banzer Esquivel y Karla Mondragón Coronel, estudiantes del tercer semestre de la Licenciatura en Relaciones Internacionales y miembros del Comité.
Los organizadoras explican que esta propuesta también se enmarca en el compromiso adquirido por la Universidad Autónoma de Querétaro al firmar la Cátedra Sergio Vieira de Mello, en colaboración con ACNUR, lo que reconoce a la institución como un espacio de acogida para estudiantes en contexto de movilidad. Bajo este principio, señalaron que la universidad no solo debe garantizar oportunidades académicas, sino generar ambientes donde quienes llegan desde otras realidades se sientan bienvenidos e integrados.

Sin embargo, llevar la Semana de la Movilidad Intercultural más allá del campus ha implicado diversos retos. Karol Michelle explicó que uno de los mayores desafíos fue la resistencia inicial de algunas personas que, al conocer que el enfoque estaba dirigido a población migrante, preferían no involucrarse. A esto se suma, como compartió Diana Itzel, la apatía derivada de la desinformación, especialmente entre sectores que no han tenido contacto directo con historias de movilidad y no logran dimensionar el trasfondo humano de estos contextos.
Frente a ello, Karla destacó la importancia de invitar a la comunidad a reconocerse también como parte de procesos de movilidad, ya sea personal o familiar. Comprender que el movimiento es una constante en la historia de vida de muchas personas permite abrir miradas más empáticas y generar procesos de sensibilización genuina. “El primer paso es reconocernos en movimiento para poder mirar con empatía la movilidad de otras personas”, compartió.
Entre las actividades programadas para esta edición se encuentran un taller de desmitificación sobre migración, una jornada de voluntariado en el Albergue Toribio Romo —con transporte gestionado desde la Facultad— y una convocatoria para donar alimentos no perecederos. También se realizará la proyección del documental El sueño de Kamal, en colaboración con Documenta y el colectivo Querétaro por Palestina, acompañada de un conversatorio a cargo de un docente especialista en Medio Oriente. La semana culminará con un bazar intercultural y música en vivo en la Casa del Faldón, donde emprendedores en contextos de movilidad ofrecerán sus productos para fortalecer su economía y visibilizar sus iniciativas.

Las estudiantes reconocieron el acompañamiento de instituciones y colectivos como la Red para la Integración de Personas en Contextos de Movilidad, el CAMI, Documenta, la Secretaría de Cultura del Estado, el Albergue Toribio Romo y diversos comercios locales que se sumaron desde la solidaridad. Señalaron que esta articulación comunitaria es clave para dar mayor alcance al mensaje y ampliar el impacto más allá de los espacios académicos.
Finalmente, Fernanda Mía hizo un llamado a las y los estudiantes a participar activamente y comprender que la sensibilización también es una forma de construir entornos seguros y humanos para quienes llegan a esta universidad buscando nuevas oportunidades. “Como comunidad de acogida, tenemos la responsabilidad de abrir espacios donde todas las personas puedan sentirse reconocidas y acompañadas”, afirmó.
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El servicio social representa, para las y los estudiantes universitarios, una oportunidad de crecimiento profesional y humano que trasciende el aula. Tal es el caso del proyecto “Miradas: reflejo y expresión AlegrArte”, coordinado por la Mtra. Tanya González García de la Facultad de Psicología y Educación de la UAQ, el cual busca contribuir a la salud mental comunitaria mediante la danza terapéutica con enfoque psicosocial, de derechos humanos y de género. Su propósito es fortalecer redes de agentes comunitarios y mitigar los efectos del trauma psicosocial en poblaciones en situación de vulnerabilidad.
Como parte de esta iniciativa, las y los estudiantes Karla Michelle Pazzi Benítez y Sebastián González Sainz, de la Licenciatura en Psicología Social, junto con Sofía Sánchez Rivadeneyra, de Ingeniería Química en Materiales, participaron en una brigada en Loma de Guadalupe, Pinal de Amoles. A través de sesiones de danza, dinámicas corporales y ejercicios de expresión emocional, buscaron que las infancias de la comunidad reconocieran su cuerpo como un espacio de libertad, creatividad y cuidado.
Para Karla Michelle, la experiencia significó un acercamiento profundo al trabajo con niñas y niños, desde una perspectiva sensible y respetuosa. “El proyecto nos permitió mostrar que no es necesario llevar el cuerpo al límite para considerarlo propio de la danza; el movimiento más simple también puede ser una forma de expresión y de apropiación”, explicó. Esta visión, enmarcada en los derechos humanos, apuesta por que las comunidades identifiquen espacios seguros y de aprendizaje como parte de sus derechos fundamentales.
Por su parte, Sofía Sánchez compartió que, aunque su formación en ingeniería la mantenía alejada de la psicología y el trabajo comunitario, encontró en el proyecto una oportunidad para ampliar sus horizontes. “Era la única ingeniera en el grupo, y me daba miedo no encajar, pero aprendí muchísimo. Las pláticas y las dinámicas eran distintas a todo lo que había vivido en mi carrera”, relató.

Durante su estancia, trabajaron principalmente con un grupo de doce niñas y niños de entre tres y dieciséis años, quienes participaron en actividades que combinaban juego, danza y reflexión. Las sesiones se estructuraban en tres momentos: calentamiento corporal, desarrollo temático y cierre. Los talleres abordaron temas como las festividades favoritas, los espacios de alegría o tristeza y la identificación de emociones en el cuerpo. Además, los niños tuvieron la oportunidad de registrar sus propias vivencias mediante una cámara, apropiándose de su propia narrativa.
Más allá de las actividades, el contacto con la comunidad permitió a las y los estudiantes reflexionar sobre las realidades sociales de la región. En Pinal de Amoles, muchas infancias interrumpen su educación para trabajar en las minas de mercurio, lo que evidencia las complejas condiciones económicas y sociales del entorno. “No podemos señalarlo como un problema desde fuera, pero sí observar cómo estas realidades responden a necesidades muy específicas”, comentó Karla Michelle.
La convivencia cotidiana también reveló dinámicas de género y trabajo. Las mujeres, dedicadas en su mayoría a labores domésticas, expresaron el peso de las jornadas y la responsabilidad del cuidado familiar, mientras los hombres trabajaban largas horas en la minería. “Fue impactante darnos cuenta de que muchos mineros no comen ni duermen por dos días seguidos, y aun así regresan a trabajar”, señaló Karla. Para Sofía, la experiencia ofreció una mirada directa a las condiciones de seguridad laboral y de vida que difícilmente se perciben desde el aula: “Ver la realidad frente a frente cambia tu forma de entender lo que estudias”.
Ambas coinciden en que la participación en “Miradas: reflejo y expresión AlegrArte” representó un proceso de aprendizaje integral. Desde la sensibilidad social hasta la conciencia del contexto, las experiencias en campo les permitieron cuestionar y ampliar su formación universitaria. “No se trata solo de aplicar teoría, sino de entender lo que sucede en cada comunidad y aprender desde ahí”, señaló Karla.
Para Sofía, este servicio social significó una vivencia única que la transformó personal y profesionalmente. “En mi facultad, la mayoría libera el servicio ayudando en laboratorios, pero vivir esta experiencia fue completamente distinto. Recomiendo mucho que más estudiantes se animen; es una forma hermosa de aprender y de conectar con la realidad del país”, concluyó.
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Por Dra. en C.S. Ruth Magdalena Gallegos Torres, Facultad de Enfermería
Los motivos que llevan a que no se siga un tratamiento médico son diversos y necesitan valorarse para garantizar que este se siga o bien, se ajuste. Robertha Medoza Reyes, una investigadora de la Ciudad de México los compila en categorías:
Personales:
Que la persona no esté “preocupada” por su padecimiento
Desconocimiento de la seriedad de la enfermedad
Desconfianza hacia el tratamiento
Desconocimiento o desconfianza hacia los efectos de los medicamentos
No hay motivación hacia la recuperación de la salud
Se considera que el padecimiento “no es grave”
Ser un niño o adulto mayor
Nivel educativo y económico bajo
Problemas emocionales
Mitos y creencias sobre la enfermedad
Resistencia a un cambio de rutina más saludable
Del régimen terapéutico
Tener varios tratamientos
Incomprensión
Uso complejo de la medicación
Aparición de efectos secundarios
Otros
De la enfermedad
No hay síntomas
Ausencia de complicaciones
La persona ya se habituó a la molestia de los síntomas
Más de una enfermedad presente
Características familiares y/o sociales
Problemas de comunicación
Violencia o falta de apoyo en el manejo de la enfermedad
Falta de cuidador (cuando alguien lo requiere)
Escasa supervisión en la toma de medicamentos
Soledad (vivir solo)
Características del sistema sanitario
Cambio de médico
Dificultad de acceso al servicio médico
Costo de la atención médica
Otros
Del personal sanitario
Lenguaje demasiado técnico
Falta de empatía hacia los pacientes
Intensificación en pruebas innecesarias
Desconfianza