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En un oficio en donde la mayor parte de quienes lo ejercen son hombres, el Taller de Carpintería de la Escuela de Artes y Oficios UAQ ha demostrado que la riqueza de este oficio se da por el trabajo de quienes lo ejercen, sin importar el sexo. Gracias a esto, se ha tenido un aumentado de hasta un 15% de participación de mujeres dentro del taller.
Alejandra Morales Moreno, profesora del taller de carpintería de la UAQ, Campus Aeropuerto, a través de esta entrevista desarrollada por Luis Javier Rosas Sánchez, cuenta su trayectoria y explica cómo es ser mujer y carpintera.
¿Cuál es su formación académica y profesional?
Personalmente, me gustó mucho estudiar el oficio de carpintería. Después de haber estudiado la preparatoria y estar como ama de casa, me surgió esta inquietud por la carpintería pues me llamaba mucho la atención; lo aprendimos y aquí estamos.
En cuestión profesional, ¿ha tenido algún grado académico?
No, estudié la preparatoria y estuve en la Facultad de Química, pero algunos problemas familiares me impidieron continuar la carrera. Cuando quise retomar, tenía que cursar otra vez toda la carrera, por lo que mi formación se inclinó por el oficio de la carpintería y otras manualidades.
Actualmente, ¿a qué se dedica?
A la carpintería, a dar clases en el Campus y a ser ama de casa.
¿Cuál fue su primer acercamiento a la carpintería?
Mi primer acercamiento fue por medio de mi padre, a él le gustaba mucho y aprendió observando y apoyando en algún taller como hobby. A mí me gustaba verlo trabajar y a veces le ayudaba un poquito, por lo que de ahí surgió mi interés cuando estaba bastante pequeña. Después entré de lleno a aprender el oficio con más formalidad.
¿Como mujer, ha tenido limitaciones dentro de la carpintería?
Las limitaciones son físicas, pues en ocasiones quiero mover algún objeto pesado y eso es más complicado para una mujer, en comparación con la fuerza de un hombre.
¿Cuál ha sido su mayor aprendizaje?
Creo que nunca se termina de aprender, todo el tiempo estamos en aprendizaje. También de los alumnos se aprende mucho con los retos que se pone cada uno en particular.
¿Considera que los hombres predominan en este oficio?
Sí predominan, he escuchado que normalmente de 100 de personas dedicadas al oficio de carpintero, sólo hay una mujer. Aunque actualmente se está elevando ese número.
En las clases que usted ofrece, ¿hay mujeres?
Sí, hay bastantes mujeres. Podríamos decir que un 10% o 15% aproximadamente son mujeres. En ocasiones vienen a preguntar si les es posible tomar el curso y claro que no hay ningún problema. No tenemos limitantes, con excepción de la fuerza física, ingenio todos tenemos y podemos hacer más con una buena orientación, además de que entre todos nos apoyamos.
¿Cómo pueden inscribirse en el taller las personas que estén interesadas?
Sólo hay que cumplir con algunos requisitos: ser mayor de quince años, saber leer, escribir y hacer cuentas; sería lo básico para iniciarse en el mundo de la carpintería.
¿Qué le diría a otras mujeres que están interesadas en el oficio de la carpintería?
Que se animen, porque sí es posible. Es un oficio muy bonito y como ama de casa a veces nos limitamos en hacer otras cosas, pero es muy lindo poder hacer algo por ti mismo.
Para mí es muy satisfactorio estar aquí y poder compartir este conocimiento con las personas que han ingresado. Siento que es bien recibida mi enseñanza porque veo que las personas se sienten a gusto, con ganas de aprender, de estar desarrollando sus proyectos con mayor complicación cada vez. Para mí es una gran satisfacción estar aquí.

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Cuando se menciona la palabra "análisis", es común que nuestra mente se dirija hacia los estudios relacionados con la salud humana. Sin embargo, los análisis de tipo químico desempeñan un papel igualmente crucial en nuestra sociedad, ya que nos permiten determinar las composiciones de materiales y sustancias con diversos fines, desde comerciales y legales hasta industriales y médicos.
En el estado de Querétaro, una entidad con una economía sólidamente fundamentada en el desarrollo industrial, la necesidad de análisis químicos es imperativa. Muchas empresas y compañías establecidas en la región dependen de estos análisis para garantizar la calidad de sus materias primas y productos acabados, así como para cumplir con certificaciones que respalden sus estándares de calidad.
En respuesta a esta demanda, la Facultad de Química (FQ) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) ha formalizado un área especializada en Análisis Químicos Analíticos. Inicialmente, este servicio se ofrecía dentro del entonces Centro de Estudios Académicos Sobre Contaminación Ambiental (CEACA), donde se recibían muestras de agua, suelo, metales, plantas y alimentos, entre otros.
Con el objetivo de ampliar su alcance y ofrecer servicios más generales, se estableció el Laboratorio de Análisis Químicos Analíticos (LAQA) bajo la dirección de la Dra. Silvia Lorena Amaya Llano, durante su gestión como directora de la FQ. Este laboratorio, coordinado a través de la jefatura de posgrado, se ha comprometido a renovar y desarrollar técnicas adecuadas para satisfacer las necesidades actuales de la comunidad.
El LAQA ofrece una amplia gama de servicios, incluyendo análisis de agua, metales, microbiología e instrumentales utilizando técnicas como espectroscopía de infrarrojo, absorción y emisión atómica, y cromatografía de gases y líquida. Además, se realizan análisis químicos de diversos parámetros como acidez total, alcalinidad total, cloruros, conductividad eléctrica, entre otros.
El Dr. Gerardo Manuel Nava Morales, jefe de investigación y posgrado de la Facultad de Química, destaca los esfuerzos del LAQA para enfrentar nuevos desafíos analíticos, como la determinación de grasas en alimentos y micotoxinas. Estos esfuerzos se están llevando a cabo utilizando la infraestructura disponible en los laboratorios y buscan estar a la vanguardia en la aplicación de tecnologías para garantizar la calidad y seguridad de los productos.
Ubicado en el Parque Biotecnológico en Centro Universitario, el LAQA está disponible para atender solicitudes de análisis y brindar asesoramiento técnico. Se puede contactar al laboratorio al 442-192-12-00 Ext. 5534 o mediante correo electrónico a

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La historia de la Facultad de Ingeniería está marcada por hitos significativos y por el esfuerzo continuo de profesionales dedicados a su crecimiento y excelencia académica. Desde su fundación en 1951 como Escuela de Ingeniería, hasta su consolidación como facultad en 1981, esta institución ha sido testigo de importantes transformaciones en el ámbito educativo y científico.
En este contexto, la Dra. María de la Luz Pérez Rea emerge como una figura destacada, siendo la primera mujer en ocupar el cargo de directora en esta prestigiosa unidad académica. Su trayectoria profesional y su compromiso con el avance de la ingeniería en la UAQ la convierten en un referente en el ámbito académico y en un ejemplo inspirador para futuras generaciones.
En esta entrevista, tendremos la oportunidad de conocer más de cerca a la Dra. Pérez Rea, sus experiencias, visiones y proyectos para la Facultad de Ingeniería. Desde sus primeros pasos en la institución hasta su actual posición de liderazgo, exploraremos los desafíos y logros que ha enfrentado en su camino hacia la excelencia académica y la equidad de género en su campo de estudio.
¿Cuál es su experiencia académica y profesional?
Soy Ingeniera Civil de formación, con un posgrado en Maestría en Mecánica de Suelos y un Doctorado en Ingeniería y Ciencia de los Materiales, además realicé un posdoctorado en el estudio de arcillas. Antes de unirme a la Universidad Autónoma de Querétaro, tuve una amplia experiencia en Ingeniería Civil, trabajando en diversas áreas como instalaciones hidráulicas, sanitarias, electromecánicas y diseño, así como en la construcción de casas y la gestión de una empresa de diseño y construcción de sistemas de riego. Desde que ingresé a la Universidad como profesora, he desempeñado diversos roles, incluyendo el de Coordinadora de Programas de Posgrado en Geotecnia e Ingeniería Civil y Coordinadora de la Licenciatura en Ingeniería Civil. Recientemente, fui nombrada directora provisional de la Facultad de Ingeniería, después de haber colaborado en la Secretaría Académica.
Para usted, ¿qué representa ser la primera directora mujer de la Facultad de Ingeniería?
Ser mujer en el campo de la ingeniería, sobre todo en la Ingeniería Civil, que es una carrera eminentemente desempeñada por hombres, es complicado porque tienes que demostrar que eres capaz de realizar actividades como el diseño, el proyecto, la supervisión o la construcción de obras. En este sentido, y por la cultura de quienes se dedican a la construcción, existe cierto rechazo a que una mujer vaya y dé instrucciones.
Considero que tanto las mujeres como los hombres somos capaces de ejercer una ingeniería. En la Facultad la mayoría de los colegas reconocen nuestro desempeño como ingeniera y los estudiantes son una nueva generación con otro enfoque, en casa se les enseña a aceptar que mujeres y hombres se pueden desempeñar de la misma forma en áreas que no son de esfuerzo físico, sino de trabajo intelectual.
Ser la primera directora de la Facultad de Ingeniería es todo un reto, pues es la única facultad que no había tenido directoras, pero creo que estamos aquí por el trabajo que hacemos y, desde mi perspectiva, no hay diferencia entre si eres hombre o mujer, lo que queremos es gente que trabaje y dé resultados.
¿Cómo ha influido su perspectiva en un entorno dominado tradicionalmente por hombres?
Los hombres y las mujeres tenemos pensamientos un poco diferenciados. Como mujeres nos han sido establecidos ciertas tareas de acuerdo con los roles de género; por ejemplo, en el hogar organizamos la economía y a los hijos, por lo que tendemos a ser mediadoras e integradoras, mientras que los hombres son más individuales en el trabajo. Considero que eso proporciona liderazgo, el hecho de tratar de incluir a todos, buscar que nos llevemos bien y que colaboremos para un mismo fin, influye mucho en el liderazgo de nosotras como mujeres.
¿Durante su desarrollo ha tenido algún referente de otras mujeres?
Cuando estudié la Ingeniería no tuve ninguna maestra mujer, pero cuando entré a la Maestría y empecé a participar en las reuniones nacionales de Mecánica de Suelos, vi que había mujeres en otras áreas o en otras facultades que se dedicaban también a la Geotecnia. También tuve algunas compañeras durante mis estudios de Maestría y nos animábamos unas a otras.
Por otro lado, también veíamos el trabajo científico de otras mujeres. Un referente para todos es Marie Curie por su desarrollo científico; sin embargo, ha habido mujeres que nos han antecedido en el trabajo científico y que han sido referente. A mí me gustaba mucho leer los trabajos de divulgación de la ciencia de la Dra. Julieta Fierro, compraba sus libros y se los leía a mis hijas para que se interesaran también en el área científica.
¿Cómo ha influido esto en usted?
Personalmente, la primera persona que me ayudo a pensar que no somos diferentes intelectualmente y que todos podemos hacer trabajo intelectual y desarrollo científico fue mi papá. Mi papá nunca hizo diferencia, siempre nos dijo que nosotras también podíamos hacerlo y cuando se ponía a estudiar (hacía diseños mecánicos de piezas), me pedía que le ayudara, estudiaba y trabajaba con él.
Yo nunca percibí en algún lugar que hubiera una diferencia entre hombres y mujeres, nunca sentí esa discriminación. Es importante que en las nuevas generaciones, desde nosotros como padres, podamos hacerle sentir a los niños que no hay ninguna diferencia, pueden estudiar lo que quieran y lo que les guste, porque es algo para el resto de su vida, por lo que lo tienen que hacer con convicción y felicidad. Si uno hace lo que le gusta, va a tener éxito.
¿Qué consejo le daría a las mujeres?
Luchen y no piensen que hay diferencias. Todos somos capaces, el trabajo intelectual no ve si eres hombre o mujer, si eres verde o azul, eso no importa, lo que importa es hacer el trabajo intelectual, ser gente de trabajo, de palabra, cumplida y de compromisos.
Creo que hacen falta muchos ingenieros en México, hombres y mujeres, cualquier persona puede desarrollar un trabajo de ingeniería valioso; los esperamos en la Facultad de Ingeniería para guiarlos. México necesita de gente capaz, preparada y de empuje.

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Este artículo, escrito por Carlos Efraín Revilla Araiza, estudiante de arquitectura en el décimo semestre de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), ofrece un análisis detallado sobre los efectos negativos de la modernidad en las ciudades. A través de una perspectiva crítica y fundamentada en investigaciones relevantes, el autor examina cómo los cambios impulsados por la modernidad han impactado negativamente en diversos aspectos urbanos, desde la pérdida de identidad cultural hasta el deterioro del medio ambiente y la calidad de vida de los habitantes.
RESUMEN
La modernización de las ciudades ha sido un proceso constante a lo largo de la historia, impulsado por avances tecnológicos, económicos y sociales. Sin embargo, este proceso de cambio constante no está exento de consecuencias, algunas de las cuales han demostrado ser perjudiciales en diversas dimensiones. Este artículo se adentra en el análisis de los efectos negativos que la modernización urbana ha tenido en las ciudades a nivel global, centrándose en cuatro dimensiones interconectadas: la urbana, la arquitectónica, la social y la cultural.
ABSTRACT
The modernization of cities has been a constant process throughout history, driven by technological, economic, and social advances. However, this ongoing process of change is not without consequences, some of which have proven to be detrimental in various dimensions. This article delves into the analysis of the negative effects that urban modernization has had on cities globally, focusing on four interconnected dimensions : the urban, the architectural, the social, and the cultural.
PALABRAS CLAVE:
Modernidad; Ciudades; Fenómenos urbanos; Efectos Negativos de la Modernidad.
INTRODUCCIÓN
En un mundo en constante evolución, las ciudades son el epicentro de la modernización, donde la arquitectura responde a las necesidades actuales de la sociedad, pero muchas veces sin considerar los efectos negativos que llegan a degradar nuestras ciudades. Algunos de estos fenómenos arquitectónicos serán descritos a continuación.
OBJETIVOS
El propósito central de este artículo es abordar críticamente algunos fenómenos urbanos que inciden negativamente a las dinámicas sociales y urbanas.
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
El uso mixto en proyectos urbanos conlleva tanto beneficios como desventajas. En particular, al planificar edificaciones de uso mixto que incorporan funciones residenciales, comerciales, de oficinas y culturales, se busca dar acceso conveniente a una variedad de servicios dentro del mismo espacio. Sin embargo, la proliferación de tales proyectos en nuestras ciudades genera otro tipo de dinámica urbana.
Estos espacios, al concentrar las necesidades básicas en un solo lugar, limitan la interacción y participación de los residentes en otros sectores de la ciudad, generando una especie de aislamiento. Este fenómeno plantea interrogantes sobre la dinámica, vitalidad e importancia que tienen los núcleos urbanos, sugiriendo la necesidad de considerar el equilibrio entre la conveniencia local y la integración externa con la ciudad. (Jane, 2007)
Otro fenómeno bastante común en las ciudades es la mercantilización de la vida urbana. Con este término, me refiero a cómo los espacios destinados a la convivencia, dispersión e interacción social y cultural no son necesariamente lugares públicos, sino más bien plazas comerciales que han adoptado esta dinámica social con el fin de vender y mercadear la experiencia social y la vida urbana en las ciudades.
Un ejemplo de esto es el proyecto "Parque Elevado Chapultepec" de FRENTE arquitectura y RVDG arquitectura + urbanismo. Localizado en la Avenida Chapultepec, en la Ciudad de México, este proyecto tenía como objetivo ser un generador de convivencia. Al analizar su fase de diseño, observamos cómo conecta dos barrios, la Colonia Juárez y la Roma Norte, mediante un parque elevado que incluye áreas comerciales y espacios para el esparcimiento social y cultural.
No obstante, este proyecto no garantiza que la convivencia sea verdaderamente pública, ya que se ve restringida por intereses comerciales. Estos supuestos espacios "públicos" se ven directamente influenciados y alterados por el uso comercial, limitando así la autenticidad de la convivencia y transformándola en una experiencia condicionada por motivos comerciales.
Esto señala la vulnerabilidad y riesgo que tienen de los espacios públicos que deben ser mercantilizados para funcionar y existir.
JUSTIFICACIÓN
Esto nos lleva a reflexionar en cómo se diseña la ciudad. Este modo de diseñar se basa en crear para modificar e imponer un modo de vivir, en lugar de diseñar en sintonía con la autenticidad de la vida urbana, el enfoque parece dirigirse hacia la imposición de ideales preconcebidos totalmente fuera de la realidad, lo que plantea interrogantes sobre la verdadera conexión entre el diseño urbano y las necesidades reales de la comunidad en las ciudades. (Manuel, 2009)
CONCLUSIÓN
No podemos rechazar los beneficios de las ciudades modernas y de la cultura cosmopolita. Pero sabemos que los procesos de modernización en las ciudades traen consigo desigualdad social, vulnerabilidad y segregación o fragmentación urbana. Estos fenómenos son negativos para la sociedad y de ellos derivan un sinfín de problemáticas sociales.
Según estimaciones de las Naciones Unidas, se espera que más del 68% de la población mundial viva en áreas urbanas para 2050. Esta rápida urbanización crea insostenibilidad sobre los recursos urbanos, desde el espacio habitable digno, el hacinamiento, los espacios y la provisión de servicios públicos. Para garantizar que las ciudades del futuro sean habitables y sostenibles, es crucial comprender y abordar los efectos negativos que tiene este proceso moderno.
REFERENCIAS
Berndo, S. (2015). La ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres. Madrid, España: Los Libros de l Catarata.
Carlos, G. V. (2011). Antípolis. Barcelona: Editorial Gustavo Gili.
Jane, J. (2007). The Death and Life of Great Américan Cities. Madrid: Capitán Swing Libros, S.L.
Manuel, d. S.-M. (2009). De cosas urbanas. Barcelona: Quaderns d’arquitectura i urbanisme.
Reina, L. C., Carlos, E. B., & Lorena, G. V. (2019). The cost of modernization: social inequality and urban fragmentation in Tampico. Contexto. Revista de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León, 50-59.

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A lo largo de la historia, el turismo ha experimentado una evolución significativa en su naturaleza y propósito. Desde sus primeras manifestaciones como un fenómeno social pasivo y centrado en la calidad del servicio, hasta convertirse en una actividad activa y responsable con el medio ambiente, el turismo ha reflejado los cambios culturales y sociales de la humanidad. Sin embargo, en la era actual, hemos presenciado la integración del componente experiencial, donde los viajeros buscan conectar con sus emociones, sentidos y deseos más profundos.
En paralelo a esta evolución, el mundo ha sido testigo del rápido avance de las tecnologías digitales, las cuales han transformado prácticamente todas las esferas de la vida humana, y el turismo no ha sido una excepción. La omnipresencia de la tecnología digital en nuestras vidas cotidianas plantea interrogantes sobre el impacto de esta revolución en la forma en que experimentamos y comprendemos el mundo que nos rodea.
Es indudable que la tecnología digital ofrece numerosas ventajas en el ámbito turístico, facilitando la planificación de viajes, la exploración de destinos y la comunicación con otros viajeros. Sin embargo, también es importante reconocer los posibles efectos negativos de esta dependencia tecnológica. La cultura digital que estamos generando está marcada por una obsesión por la cuantificación y la validación externa a través de las redes sociales.
En este sentido, es crucial reflexionar sobre cómo el uso excesivo de la tecnología digital puede alienarnos de nuestra conexión con la naturaleza y con nosotros mismos. La búsqueda constante de likes y seguidores en las redes sociales puede llevarnos a desconectar nuestros sentidos y a perder la capacidad de experimentar plenamente el mundo que nos rodea.
La palabra "humano", derivada del latín "humus", nos recuerda nuestra conexión intrínseca con la tierra y con el entorno natural. En lugar de mirar al turismo como una mera oportunidad para acumular seguidores en línea, deberíamos considerarlo como una puerta de conexión con la naturaleza y una oportunidad para construir redes reales y significativas.
La digitalización del turismo corre el riesgo de invisibilizar la verdadera comunicación y de apagar nuestros sentidos, pero al tomar conciencia de nosotros mismos y de nuestros sentidos, podemos reconectar con la tierra y con nuestra propia humanidad. Al hacerlo, podemos experimentar el turismo como una forma de encontrarnos a nosotros mismos y de conectarnos con los demás, promoviendo así una cultura de autenticidad y conexión genuina.
En última instancia, la forma en que interpretamos y experimentamos el turismo refleja nuestra comprensión más profunda de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Al reconectar con nuestros sentidos y con la naturaleza, podemos cultivar una mayor apreciación por la belleza y la diversidad del mundo y procurar enriquecer nuestras vidas y las de los demás a través de experiencias turísticas auténticas y significativas.