En este artículo desarrollado por la Mtra. Mariana Alvarado Serrano y la Dra. Rosa Martha Pérez Serrano del Laboratorio de Genética y Biología Molecular, perteneciente a la Facultad de Medicina de la UAQ conocerás más sobre las implicaciones en la propagación de zoonosis y el papel de la Genética y Biología Molecular.

Los animales siempre han jugado un papel clave en la historia de la humanidad.  Como resultado de este vínculo, las personas se han favorecido con alimento, compañía, seguridad, incluso soporte psicoemocional. En décadas recientes, la convivencia con animales de compañía se ha popularizado, pasando de ser una simple mascota a un miembro más de la familia. En los hogares mexicanos, es más popular contar con un perro que un hijo y se estima que el 56% de la población cuenta con al menos una mascota. Teniendo en cuenta lo anterior, es importante considerar que existen factores de riesgo que estas conductas favorecen, de los cuales se destaca la propagación de infecciones entre animales y humanos conocida como zoonosis. 

Se reporta que el 99% de las enfermedades zoonóticas son originarias de los animales domésticos y estas pueden ser transmitidas a través del contacto directo o indirecto. Con la finalidad de abordar este problema de salud pública, la Organización Mundial de la Salud creó el concepto llamado UNA SOLA SALUD (ONE HEALTH) como una estrategia para el diseño y aplicación de políticas públicas que favorecen el trabajo multi, inter y transdisciplinario en pro de la salud integral, donde converge la salud de los humanos, animales y del ambiente3. 

En el caso de los animales de compañía, se enlistan 15 microorganismos patógenos de interés para el sector salud. Esto se debe a las repercusiones que representan y a la resistencia antimicrobiana asociada a ellos. Algunos ejemplos son la escherichia coli campylobacter, leptospira, salmonella, bartonella, leishmania, toxoplasma, entre otros4. 

Se han identificado hábitos de riesgo al interior de los hogares que favorecen la trasmisión de las zoonosis, por ejemplo, compartir cama y utensilios de comida, permitir lamidas en la boca y carecer de medidas de higiene posterior al contacto directo5. Mitigar la propagación de estas infecciones es un reto complicado al existir desconocimiento del bienestar animal y la cultura de la medicina preventiva.  

El Bienestar Animal contempla cinco puntos básicos que deben ser garantizados:

1. Nutrición óptima

2. Bienestar general

3. Comportamiento acorde a la especie (no humanización)

4. Respeto y dignidad

5. El derecho a la salud integral 

Respetando lo anterior y en conjunto con la promoción de la cultura de la medicina preventiva, se estructura la mejor estrategia para limitar la transmisión de las zoonosis. Estas dos acciones son simples y a la larga más económicas, como por ejemplo contar con su esquema vigente y completo de vacunación y desparasitación tanto en las mascotas como en sus dueños; así como lavarse las manos después del contacto directo con las mascotas. 

Se ha demostrado que el vínculo humano-animal es complejo y multifactorial. Si bien existen muchos beneficios de por medio, el ser propietario de una mascota implica una gran responsabilidad convirtiéndose en el máximo protector de salvaguardar la salud de toda la familia. Recordemos que una mascota sana, es una familia feliz.