¿Conoces la importancia de que las organizaciones cuenten con un plan de continuidad educativa? En este artículo María del Carmen Salinas Esparza, estudiante del Doctorado en Tecnología Educativa de la Facultad de Informática nos comparte más sobre ello.
Cualquier organización que preve situaciones que puedan modificar su actividad diaria o que la lleven a un momento de crisis en el que deba detener su trabajo, siempre tendrá oportunidad de superar las dificultades antes de que se conviertan en problemas graves. Los peores momentos de crisis a los que se pueden enfrentar las instituciones educativas son los que suspenden el servicio educativo. Para enfrentar estas situaciones es necesario contar con un plan de continuidad educativa que permita seguir con las tareas cotidianas.
Un plan de continuidad en una institución educativa es una estrategia, que tiene el objetivo de dar respuesta rápida y coordinada ante una situación de emergencia provocada por cualquier fenómeno de origen natural o humano. Estas medidas están enfocadas, principalmente, en la continuidad de las clases y todas las actividades académicas de las instituciones, apoyándose en los recursos físicos y tecnológicos con los que cuente. Sus etapas son la planeación, atención de la contingencia y evaluación de las medidas implementadas, para mejorar el plan. Sin embargo, previo a estas fases, es necesario hacer un diagnóstico de cada institución para considerar los aspectos particulares de cada caso, es como hacer un traje a la medida.
De manera particular, estos planes buscan asegurar que los estudiantes puedan seguir aprendiendo incluso si las clases presenciales son suspendidas, como fue el caso con la contingencia sanitaria por COVID-19. En tiempos de crisis, los planes de continuidad educativa también son esenciales para tratar de mantener la normalidad en las clases, lo que puede ser especialmente importante para aquellos estudiantes que están experimentando estrés o ansiedad debido a la situación. Dentro de la planeación se debe garantizar que los estudiantes y docentes tengan la capacitación y herramientas necesarias para adaptarse a las nuevas formas de enseñanza y aprendizaje que pueden presentarse durante las situaciones de emergencia. Es decir, trabajar para flexibilizar los modelos educativos existentes.
La intermodalidad educativa es una propuesta que busca propiciar la continuidad al integrar diferentes modalidades de aprendizaje para que la comunidad estudiantil pueda transitar en ellas; tiene como objetivos ampliar el acceso a la educación, flexibilizar la práctica educativa, personalizar el proceso de aprendizaje y fomentar la innovación educativa. En la actualidad, esta estrategia se ha vuelto cada vez más pertinente ante la necesidad de adaptarse a las nuevas formas de hacer educación. También, puede ser útil en algunas situaciones en las que los estudiantes enfrenten dificultades, como enfermedades o cualquier asunto personal o familiar que les impidan presentarse en la escuela.
Finalmente, en la flexibilidad que propone la intermodalidad, los estudiantes pueden construir su propio entorno personal para aprender de acuerdo con sus necesidades personales y académicas. Al integrar diferentes modalidades de aprendizaje, se pueden crear oportunidades para que la comunidad estudiantil pueda trabajar de manera conjunta en proyectos y actividades, lo que podría mejorar sus habilidades para el trabajo en equipo y para resolver problemas de manera colaborativa, esto puede aumentar su motivación y compromiso con su formación académica.