A medida que pasa el tiempo, el desarrollo de la agricultura enfrenta algunos desafíos sin precedentes que comprometen la soberanía alimentaria de la población. En este artículo, la Dra. Marcela Vargas Hernández, Coordinadora de la Facultad de Ingeniería Campus Amealco, nos comparte que entre los más comunes se encuentra la escasez de agua, el uso desmedido de pesticidas y plaguicidas, además del inadecuado manejo de plagas y enfermedades. En este sentido, una nueva estrategia para contribuir a afrontar este tipo de problemáticas es el estudio del manejo de la hormesis como una nueva herramienta que permita incrementar los rendimientos y mejorar la calidad nutracéutica de los cultivos. A pesar de que algunos estudios sugerían la presencia de este fenómeno no fue hasta 2002 cuando a través de una publicación realizada por Calabrese y Baldwin, que se dio a conocer y estudiarse ampliamente. Estrictamente en el área de la agricultura la hormesis se puede definir como “un fenómeno por el cual, un factor de estrés estimula la respuesta celular al estrés en las plantas, incluida la producción de metabolitos secundarios, para ayudar a los organismos a establecer respuestas adaptativas”. Es decir, cualquier factor de estrés para las plantas (por ejemplo: sequía, salinidad, pH, herbicidas, luz UV, etc.) las dosis bajas incrementan variables de sobrevivencia como rendimiento, peso seco y fresco, área foliar, número de flores, número de frutos, altura de la planta, longitud de raíz, producción de nutracéuticos, entre otros.
Nuestro equipo de trabajo centra sus esfuerzos al estudio de la hormesis en maíz que permitan por un lado, contribuir a mejorar la tolerancia a la sequía y a su vez permita incrementar los rendimientos y la producción de compuestos benéficos para el ser humano. Además, dentro del modelo de hormesis se estudian variables que anteriormente no se han tomado en cuenta en otras investigaciones, como son: tiempo de exposición, genotipo, etapa fenológica y uso de elicitores (compuestos que inducen el sistema de defensa de las plantas).
Lo anterior, centrado en el hecho de que el manejo de la hormesis en las plantas permite:
1. Evitar la activación del metabolismo secundario o de defensa durante la etapa de desarrollo, lo que permitirá mantener rendimientos.
2. Centrar la producción de metabolitos nutracéuticos en la parte comestible de la planta ya que muchos de ellos tienen propiedades benéficas para los consumidores.
3. Inducir diferencialmente las rutas metabólicas para la síntesis de nutracéuticos de interés farmacéutico o de la industria alimentaria.
4. El uso controlado y a bajas dosis de fertilizantes, agua y compuestos químicos como herbicidas y fungicidas, disminuyendo para estos últimos el impacto negativo al medio ambiente.