Algunos sueños nacen en el juego. Así fue para la Mtra. Cinthya Vargas de la Rosa, quien desde niña jugaba a ser maestra, sin saber que, años más tarde, transformaría esa ilusión en su vocación. Hoy es docente en la Licenciatura en Fisioterapia en la Universidad Autónoma de Querétaro, donde también estudió y descubrió el poder de enseñar desde la empatía, la escucha y el amor por el otro. Este año, su entrega y calidad humana fueron reconocidas con el Premio Xahni, que la UAQ otorga anualmente a docentes destacados. “Xahni”, palabra de origen otomí que significa “sabio” o “el que conoce”, celebra la excelencia académica, el compromiso y la vocación docente. En esta entrega la Mtra. Cinthya fue seleccionada para la Facultad de Enfermería, recibiendo un reconocimiento que honra su impacto en el aula y en la vida de sus estudiantes.

Desde pequeña, cuando le preguntaban qué quería ser de grande, ella respondía que quería ser mamá y maestra. Lo decía con convicción, sin imaginar que ese deseo infantil se convertiría en una realidad guiada por la vida misma.

Ya como egresada, comenzó a trabajar en la Clínica Universitaria, un espacio donde la práctica profesional se entrelaza con la formación de futuros fisioterapeutas. Fue ahí donde la Mtra. Sandra, entonces coordinadora, le abrió la puerta a la docencia formal. Desde entonces, hace ya cinco años, la Mtra. Cinthya ha estado frente a grupo, disfrutando cada clase, cada intercambio y cada logro compartido con sus estudiantes.

"Desde que tomaba clases tuve la fortuna de tener buenos maestros, que enseñaban desde la humanidad y sin una actitud de superioridad, como suele pasar en ciencias de la salud", recuerda. Esos maestros no solo le enseñaron conocimientos técnicos, sino la importancia de razonar, de pensar y de enamorarse de la profesión.

La Mtra. Cinthya reconoce que su inspiración diaria viene de los propios alumnos. "Llegan con expectativas muy grandes, y a veces se enfrentan con la carga académica o con frustraciones. Pero una palabra, un abrazo, un reconocimiento a su esfuerzo puede marcar la diferencia. Ver sus caras cuando se convencen de que están en el lugar correcto, para mí, lo vale todo".

Uno de los mayores desafíos que observa hoy en la docencia es el avance tecnológico. "Ya no se trata de memorizar información, porque todo está en el celular. Nuestro trabajo ahora es enseñarles a razonar, a verificar fuentes, a aplicar su juicio clínico". También menciona el reto de combatir la desinformación que circula en redes sociales, especialmente en plataformas como TikTok, tanto entre pacientes como entre estudiantes.

Pero ella no ve la tecnología como una amenaza, sino como una herramienta que, bien utilizada, puede enriquecer la formación. "No podemos estar peleados con ella. Hay que renovarnos, adaptarnos y acompañar a los alumnos en ese proceso".

Recibir un reconocimiento a su labor docente fue para la Mtra. Cinthya una sorpresa cargada de emoción. "La maestra Vale, directora de la Facultad de Enfermería, me envió un mensaje de voz. Yo pensé que había hecho algo mal. Estaba muy cansada, habíamos tenido un evento de la licenciatura desde las siete de la mañana. Y de pronto, esa noticia. Escuché el audio junto a mi familia, y lloré. Mi hija estaba emocionadísima. Dios sabía que necesitaba ese momento. Fue como una luz en medio del caos".

Para ella, este reconocimiento no es solo un logro personal, sino una reafirmación de su propósito. "Ese cansancio es temporal, pero saber que estás dejando huella en la vida de alguien, eso trasciende".

Más allá de los contenidos académicos, busca transmitir valores fundamentales: el amor por la fisioterapia, el servicio hacia los demás, la humildad y el autocuidado. "Desde el primer día les pregunto por qué están aquí. Y si no están convencidos, los invito a conocer, a experimentar, a descubrir si este es su camino".

También hace énfasis en la importancia de cuidar la salud mental y emocional. "Es una carrera que puede ser emocionalmente desgastante. Les digo que es bueno formar vínculos con los pacientes, pero también es necesario aprender a soltar, a cuidarse, a tener espacios de descanso".

A los docentes, la Mtra. Cinthya les dice: "No tengan miedo de mostrarse humanos. Podemos hacer un cambio muy grande en la vida de nuestros alumnos. No sabemos por lo que están pasando. A veces, ser la persona que les echa porras puede marcar una gran diferencia".

A los estudiantes, les recuerda que vale la pena seguir su pasión: "Si aman lo que hacen, todo ese esfuerzo valdrá la pena. Y si aún no lo han encontrado, búsquen el lugar donde su corazón sea feliz. Porque eso es lo que necesita el mundo: profesionistas que amen lo que hacen y lo hagan con excelencia".