La ciudad de Barcelona fue testigo de la sensibilidad, técnica y disciplina de la Compañía de Ballet Clásico “Fernando Jhones” de la Universidad Autónoma de Querétaro, ganadora de dos galardones en el Barcelona Dance International Competition 2025. Entre las integrantes que protagonizaron este triunfo se encuentra Ana Sofía Ferrusca Mendoza, una bailarina que ha dedicado toda su vida a la danza.

Desde los tres años, Ana Sofía encontró en el ballet su forma de ser y expresarse. Tras pasar por diversas academias, se consolidó dentro del taller para niños y adolescentes de la Facultad de Artes de la UAQ, donde cursó ocho años de formación. Más tarde, ingresó a la Licenciatura en Ballet Clásico, de la cual también se graduó. Su historia no es solo la de una bailarina formada desde la infancia, sino la de una artista que ha hecho de la danza su hogar.

La preparación para la competencia en Barcelona fue exhaustiva: jornadas desde la mañana hasta la noche entre clases, ensayos y entrenamiento físico. Cuidar la alimentación y mantenerse fuerte fue parte fundamental del proceso. Lo más difícil, según Ana Sofía, fue el desprendimiento emocional: pasar de convivir diariamente con su familia a verla solo brevemente entre las exigencias del entrenamiento. Aun así, su círculo cercano fue clave para mantener el ánimo y la fortaleza emocional.

Durante la competencia, enfrentarse a lo desconocido fue un reto inesperado. Las agrupaciones internacionales, los idiomas diversos y las técnicas distintas generaron incertidumbre. Sin embargo, la preparación y el respaldo de sus maestras —la Dra. Dubia Hernández y la Dra. Dunet Pi— le dieron seguridad para representar a México y a la UAQ con orgullo.

Ana Sofía destaca el valor del trabajo en equipo como parte esencial del éxito. Las compañeras, el cuerpo académico y la red de apoyo entre todas crearon un ambiente de contención y fuerza que les permitió alcanzar la excelencia artística. “Siempre hemos sido un equipo. Encontramos alivio al tener a alguien al lado”, expresa.

De esta experiencia, se lleva paciencia, confianza en el proceso y la certeza de que cada ensayo, aunque imperfecto, fortalece. Ahora se prepara para tomar un curso intensivo en Canadá, y este logro en Europa le ha dado el impulso para seguir creciendo.