La universidad pública es un crisol de diversidad donde convergen diferentes realidades, experiencias y sueños. En este vibrante entorno, la inclusión de personas con discapacidad emerge como un pilar fundamental para una educación verdaderamente equitativa y justa. En la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), esta misión de inclusión se ha vuelto una realidad palpable gracias al arduo trabajo de la Coordinación de Atención a Estudiantes con Discapacidad (ATEDI).

Hace aproximadamente seis años, la UAQ dio un paso crucial al formalizar un espacio dedicado a apoyar a los estudiantes con discapacidad y asegurar su plena integración en el entorno universitario. Lo que comenzó como una iniciativa pionera, liderada por la Lic. Adriana Guillen Velázquez, evolucionó rápidamente hacia la creación de la ATEDI, una plataforma dedicada a superar las barreras de acceso y promover un modelo educativo inclusivo para todos.

El compromiso de ATEDI va más allá del simple acceso; se extiende a garantizar la permanencia, el egreso y la titulación de los estudiantes con discapacidad. Para lograrlo, el equipo de ATEDI ha desarrollado políticas y prácticas inclusivas que abordan todas las facetas del proceso educativo, desde el ingreso hasta la vida postuniversitaria.

Ubicada estratégicamente junto a la Biblioteca Central, ATEDI cuenta con una sala multifuncional que ofrece apoyo y recursos adaptados para estudiantes con diversas discapacidades. Lo que una vez fue conocido como Tifloteca, un espacio para estudiantes con discapacidad visual, ha evolucionado para abarcar las necesidades de todos los estudiantes con discapacidad. Además, recientemente se inauguró un área deportiva con deportes adaptados, promoviendo la inclusión a través del ejercicio físico y la recreación.

Sin embargo, el trabajo de ATEDI va más allá de proporcionar recursos físicos. El equipo ofrece cursos, talleres y apoyo individualizado tanto a estudiantes como a personal docente, promoviendo una cultura inclusiva en toda la comunidad universitaria. Como destaca la coordinadora de ATEDI, Adriana Guillen Velázquez, su labor se extiende a ser puente de comunicación, gestores de proyectos y guías en temas de accesibilidad y ajustes razonables.

Los números respaldan la importancia de esta labor. El 0.5% de la población estudiantil total tiene discapacidad, estas cifras subrayan la necesidad de continuar fortaleciendo los esfuerzos de inclusión en la universidad.

No obstante, la inclusión va más allá de la mera presencia; requiere un compromiso colectivo de toda la comunidad universitaria. Como subraya la coordinadora de ATEDI, el trabajo de inclusión es un esfuerzo comunitario que requiere la participación activa de estudiantes, docentes y personal administrativo. Solo a través de esta colaboración podemos construir un entorno donde todos tengan igualdad de oportunidades para crecer, aprender y prosperar, independientemente de sus condiciones.

ATEDI representa un faro de esperanza en el camino hacia una educación verdaderamente equitativa. Su trabajo incansable y su compromiso con la inc