Edith Esmeralda Vargas Hernández y Denisse Ximena García Pacheco, dos estudiantes que actualmente cursan el quinto semestre de la Escuela de Bachilleres, Plantel Bicentenario, de la UAQ, lograron el primer lugar en un emocionante concurso de cohetes impulsados por agua. Organizado por la UNAM Campus Juriquilla con el objetivo de fomentar la creatividad y el pensamiento científico, este tipo de actividades permite a los estudiantes aplicar de manera práctica conceptos aprendidos en el aula.

Descubriendo Nuevas Experiencias

Edith y Denisse compartieron que fueron invitadas a participar por la maestra Georgina Torres, y vieron en el concurso una oportunidad única de experimentar con proyectos que pocas veces se presentan en el ambiente escolar. La posibilidad de poner a prueba sus conocimientos y habilidades en la construcción de un cohete impulsado por agua las motivó a aceptar el reto.

El objetivo del concurso era claro: construir un cohete que pudiera recorrer 70 metros y caer dentro de un radio de 4 metros, sin descalificarse. Aunque parecía sencillo en teoría, llevarlo a la práctica fue todo un desafío.

Los Retos del Camino

El proceso de creación no fue fácil. Desde el principio, las estudiantes se enfrentaron a varios desafíos. El primer intento de lanzamiento resultó en un cohete que voló sin dirección. Tras este fallo inicial, trabajaron arduamente en mejorar la base del cohete para que soportara la presión necesaria y alcanzara la distancia requerida. Edith y Denisse realizaron múltiples pruebas, tanto en el salón como antes del día del concurso, enfrentándose a la presión de una competencia interna entre sus compañeros de clase.

A pesar de los obstáculos, el trabajo en equipo y la dedicación dieron sus frutos: obtuvieron el primer lugar en el concurso.

El Secreto del Éxito: Innovación y Perseverancia

Las estudiantes describieron cómo su cohete fue mejorando con cada iteración. Utilizando botellas de refresco de 2 litros, realizaron varias modificaciones clave. Una de las más importantes fue ajustar el peso en la parte frontal del cohete, usando plastilina y algodón para equilibrar el tiro parabólico. Además, buscaron una botella completamente cilíndrica para optimizar la estabilidad y aerodinámica.

En cuanto a la base del cohete, uno de los mayores desafíos fue desarrollar un sistema que les permitiera controlar el momento exacto del lanzamiento, utilizando cinchos para ajustar la presión y liberar el cohete cuando ellas decidieran. Esta innovación les dio una ventaja frente a otros equipos cuyos cohetes se lanzaban automáticamente cuando la presión alcanzaba su límite.

La Importancia de Este Tipo de Concursos

Para Edith y Denisse, este tipo de concursos son una oportunidad invaluable para aplicar los conocimientos teóricos en situaciones reales. No solo les permitió experimentar y mejorar habilidades técnicas, sino que también les ayudó a descubrir nuevas áreas de interés que podrían influir en su futura elección de carrera. "Cuando investigas y trabajas en estos proyectos, te das cuenta de lo que realmente te gusta. Este tipo de experiencias pueden darte un empujón para decidir qué estudiar", compartieron.

Este concurso es un claro ejemplo de cómo la educación práctica puede motivar a los estudiantes a explorar nuevas fronteras del conocimiento. Más allá del primer lugar, la experiencia les permitió desarrollar habilidades de resolución de problemas, innovación y trabajo en equipo, preparándolas no solo para futuros estudios, sino también para enfrentar desafíos en el mundo real.